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Sernageomin: Chile se ha fortalecido en el monitoreo volcánico

  • A 14 años de la erupción del volcán Chaitén, Sernageomin da a conocer avances del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) una de las redes de vigilancia más grandes del planeta. Chile es el quinto país del mundo con más volcanes activos, 90 en total.

Volcán Chaitén. (Fotógrafo Jorge Muñoz, Sernageomin).

A 14 años de la erupción del volcán Chaitén, el 1 de mayo de 2008, Chile se ha fortalecido enormemente en el monitoreo volcánico de los macizos activos actualmente en el país, de la mano de la Red Nacional de Vigilancia Volcánica (RNVV), dependiente del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin).

Esa erupción marcó un hito en el monitoreo en el país, debido a que las autoridades del minuto decidieron invertir mayores recursos y fortalecer la vigilancia volcánica en Chile. A raíz de ello, se crea la RNVV, la que permite a las autoridades contar con información oportuna para la gestión de una emergencia volcánica y toma de decisiones enfocadas en la seguridad de la población.

Esto incluye el establecimiento de la vigilancia en tiempo real de 45 de los 90 volcanes considerados geológicamente activos en territorio nacional, a través del Observatorio Volcanológico de los Andes del Sur (OVDAS) de Sernageomin, emplazado en la ciudad de Temuco, región de La Araucanía.

En los más de los 20 años de existencia del OVDAS, ha tenido que sortear siete erupciones, entre ellas, la del volcán Chaitén, ubicado en la región de Los Lagos, que ha sido la más poderoso de todos. Según Sernageomin, este volcán es el que ha presentado el mayor índice de explosividad, seguido del Cordón Caulle (2011), Calbuco (2015) y Villarrica (2015).

Asimismo, ha sido el que ha dejado mayor cantidad de cenizas y el que ha estado mayor tiempo en erupción, un año, versus los 10 meses del Cordón Caulle.

MAPAS GEOLÓGICOS Y DE PELIGROS VOLCÁNICOS

“La RNVV además provee información volcanológica -a través de mapas geológicos y de peligros volcánicos-, difusión mediante charlas y ferias. Con esto se impulsa la conciencia y respeto por la zonificación de peligros en las decisiones sobre uso del territorio, la elaboración y práctica de planes de emergencia volcánica y la educación ciudadana”, señaló Alfonso Domeyko, director nacional de Sernageomin.

Agrega que, de acuerdo con los parámetros de vigilancia, se establecen criterios técnicos que definen los siguientes niveles de alertas volcánica: verde (volcán en su nivel de actividad base), amarillo (incremento de su nivel de actividad), naranja (probable desarrollo de una erupción en corto plazo), roja (erupción volcánica en proceso o inminente)”.

Por su parte, el subdirector nacional de Geología de Sernageomin, Alejandro Cecioni, comenta que “la RNVV monitorea, con el apoyo de la Oficina Técnica de Coyhaique, 45 volcanes a lo largo de Chile entre el volcán Tarapacá (región de Arica y Parinacota) y el volcán Hudson (región de Aysén)”.

420 ESTACIONES DE MONITOREO

“Hoy contamos con 420 estaciones de monitoreo compuestas por instrumental sismológico, geoquímico y geodésico, emplazadas en 242 sitios. Los volcanes monitoreados incluyen aquellos que presentan mayor cantidad de erupciones y riesgo a los poblados aledaños, entre los que destacan los volcanes Láscar, Nevados de Chillán, Copahue, Lonquimay, Llaima, Villarrica, Calbuco, Chaitén y Hudson, entre otros”, destaca Cecioni.

Es necesario recalcar que el trabajo del área técnica en terreno comprende el mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos de monitoreo y la densificación y ampliación de la red instrumental. La red de vigilancia cuenta con estaciones sismológicas, cámaras IP de espectro visible e infrarrojo, equipamiento para detectar deformación (GNNS e inclinómetros), analizadores de gases (espectroscopía de absorción óptica diferencial) y toda una red de antenas repetidoras y nodos satelitales e informáticos.

Asimismo, la labor en terreno requiere trabajo previo en oficina para la planificación, programación, coordinación, logística y factibilidad técnica para la instalación de las nuevas estaciones, de acuerdo con una planificación anual que ocasionalmente se modifica a causa de las crisis eruptivas. Por otra parte, el área científica realiza muestreos directos de agua y gases, mediciones remotas de flujo y temperatura, deformación volcánica (EDM), sobrevuelos y actividades de investigación, entre otras, como complemento al monitoreo y análisis Avanzado.

MAS ANTECEDENTES

La Institución hace hincapié que el monitoreo volcánico en línea consiste en la vigilancia y análisis continuo (24 horas/365 días del año) de distintos parámetros provenientes de la instrumentación específica instalada en los diferentes sistemas volcánicos. Así, utilizando los datos en tiempo real y sobre la base del conocimiento relacionado con diversos sistemas volcánicos, se busca reconocer cambios que pudiesen ser precursores de una posible reactivación volcánica.

Una densa red de instrumentos de alta precisión, un sistema de comunicación robusto y sin interrupciones, sumado a un equipo de profesionales especializados en la interpretación de estos datos, permite realizar un diagnóstico claro y oportuno sobre el estado de actividad de un sistema volcánico y definir así el nivel de alerta para cada uno de ellos

Finalmente, es necesario mencionar que la información procedente del OVDAS se traduce en Reportes de Actividad Volcánica (RAV), los cuales son emitidos dependiendo del nivel de alerta. Por otra parte, el Reporte Especial de Actividad Volcánica (REAV) se entrega en el momento en que se genera una actividad inusual en un volcán, con o sin cambio de alerta asociado, por ejemplo, ante la ocurrencia de un enjambre de sismos volcanotectónicos (sismos relacionados con el fracturamiento de material rocoso en el interior del edificio volcánico), sismos con magnitudes locales sobre 3, o alguna manifestación eruptiva imprevista.

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