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ALADYR: La pandemia desnudó falencias en la gestión hídrica de los centros de salud

  • La Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, hizo un llamado para que las sociedades latinoamericanas redoblen esfuerzos para cumplir con la Resolución de Naciones Unidas que reconoce explícitamente al agua potable y saneamiento como esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

A propósito del Día de los Derechos Humanos, la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua, ALADYR, hizo un llamado para que las sociedades latinoamericanas redoblen esfuerzos para cumplir con la Resolución 64/292 de la Asamblea General de las Naciones Unidas que reconoce explícitamente al agua potable y saneamiento como esenciales para la realización de todos los derechos humanos.

Explicaron que, para estar en cumplimiento de la Resolución, los Estados y organizaciones internacionales deben destinar recursos financieros suficientes para proporcionar un suministro de agua potable y saneamiento saludable, limpio, accesible y asequible para todos, y que hasta ahora Latinoamérica tiene esta tarea pendiente con grandes brechas por subsanar.

Agregaron que, acorde a información del Banco Interamericano de Desarrollo, BID, 220 millones de latinoamericanos no cuentan con abastecimiento continuo y seguro de agua potable, 490 millones carecen de saneamiento y 20 millones aún defecan al aire libre, siendo necesario el fortalecimiento institucional y aumentar la inversión exponencialmente para superar esta situación y cumplir con la meta del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6 para el 2030.

También advirtieron que, si a la infraestructura básica de agua potable y saneamiento no se agregan nuevas fuentes como el reaprovechamiento de aguas residuales y la desalinización de agua de mar y pozos salobres, los esfuerzos serán insuficientes a causa del crecimiento poblacional y una reducción de las fuentes continentales causada por el cambio climático.

AGUA DESALINIZADA

Respecto a la desalación adicionaron que, el agua desalinizada es cada vez más asequible puesto que, con los avances tecnológicos, en promedio cuesta alrededor de un dólar por metro cúbico, alegando que para una familia de tres personas la tarifa del servicio de agua procedente de la desalación rondaría los 8 dólares al mes, lo equivalente a una suscripción mensual en una App para ver películas, canales premium o la tarifa básica en teléfonos celulares.

Por otra parte, el reúso y aprovechamiento del agua residual tratada y los derivados de sus procesos como los lodos son esenciales para la visión del BID sobre la viabilidad del ODS 6 “AGUA LIMPIA Y SANEAMIENTO” en América Latina.

Destacaron que la falta de acceso a agua limpia y saneamiento trae consigo el riesgo de contraer enfermedades diarreicas, que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), constituyen la segunda causa de muerte de niños menores de cinco años con alrededor de 525 mil víctimas cada año y que esto refuerza que el acceso al recurso es la base de un derecho humano tan fundamental como la vida.

En lo que concierne al agua como condición al derecho a la alimentación, puntualizaron que, según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hacen falta unos 3 mil litros para producir los alimentos que necesita una persona diariamente y que aún cuando el cambio climático amenaza la disponibilidad del recursos para producir los víveres, existen casos de éxito como el de los productores de frutos rojos en zonas desérticas de Baja California en México, donde usaron la desalación de agua de mar y de pozos salobres para adaptarse y desarrollarse económicamente.

COBERTURA SANITARIA

Como reza el comunicado oficial de la Organización de las Naciones Unidas, ONU, el Día de los Derechos Humanos de este año está relacionado con la pandemia COVID-19 y “se centra en reconstruir para mejorar” y sobre este punto ALADYR reitera la necesidad de planificar, no sólo en función de las necesidades de hoy, sino de las del mañana que estarán signadas por la baja en la disponibilidad de agua a causa de los embates climáticos y el desarrollo económico social no planificado en coherencia con los recursos naturales.

Aprovecharon la oportunidad para llamar la atención sobre el hecho de que el 12 de diciembre se conmemora el Día Internacional de la Cobertura Sanitaria y especificaron una serie falencias en términos de suministro en los centros latinoamericanos de salud.  Enfatizaron que el Derecho Humano al Agua va de la mano con la necesidad de garantizar el saneamiento básico y que estas dos vertientes del concepto “acceso al agua” son punta de lanza para el desarrollo de la región.

Señalaron que el agua y saneamiento constituyen la primera barrera de protección para la salud y que la pandemia desnudó, acorde a cifras del BID,  que casi un 22% de los centros de salud de Latinoamérica y el Caribe carecen de fuentes de agua, 21% de servicios de saneamiento y 22% de servicios de gestión de desechos; una situación que tiene solución si los gobiernos aceptan el pleno compromiso de invertir oportunamente en las tecnologías de desalación, reúso y tratamiento de agua y efluentes, adaptando plantas de saneamiento que se encuentran en obsolescencia y creando nuevas plantas que integren los avances disponibles.

EL AGUA ES IMPRESCINDIBLE

Representantes de ALADYR coinciden en que el agua es imprescindible para prácticamente cualquier actividad y que imaginarse centros de salud, clínicas y hospitales sin el recurso resulta irrisorio.

La Asociación puntualizó que las nuevas tecnologías permiten que la infraestructura de abastecimiento de agua y el tratamiento de efluentes se realice de forma descentralizada y más asequible, por lo que no hay razones para que cada centro de salud no esté equipado en este sentido para afrontar las contingencias.

Finalizaron diciendo que este 10 de diciembre es una oportunidad para reafirmar la importancia de los Derechos Humanos pero que no es suficiente con firmar la declaración, sino que para cumplirla y llevarla a la realidad debe haber una voluntad manifiesta en la inversión y la planificación para procurar el acceso al agua limpia y saneamiento como la base de la dignidad humana. Se colocaron a disposición de las instituciones gubernamentales y privadas para trabajar a propósito de una gestión hídrica sostenible y suficiente para todos los ciudadanos de la región.

 

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