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¿Cómo dijiste que el Litio no movía la aguja económica en Chile?

  • Por Ing. Jaime Alee Gil, Presidente ESK Consulting. Council Member at GLG (Gerson Lehrman Group). U de Chile- Energy Center. Adjunt senior Advisor. Lithium Batteries: experto en inteligencia de mercados y tecnología aguas arriba y aguas abajo. 

Jaime Alee Gil, Presidente ESK Consulting.

Nassim Nicholas Taleb (“El Impacto de lo Altamente Improbable”) explica que, “Un Cisne Negro” es un suceso con los tres atributos siguientes. En primer lugar, es un caso atípico, ya que se encuentra fuera del ámbito de las expectativas regulares, porque no hay nada en el pasado que puede apuntar de manera convincente a su posibilidad. En segundo lugar, conlleva a un impacto extremo. En tercer lugar, a pesar de su condición de rareza, la naturaleza humana nos hace inventar explicaciones de su presencia después de los hechos, por lo que es explicable y predecible.

LA EXPLICACIÓN DE UN CISNE NEGRO

En efecto, en muchas crónicas previas mías y también de otros comentaristas, se menciona expresamente que el Litio tiene un volumen económico de negocios relativamente pequeño respecto del cobre e, incluso, respecto de la venta de productos agrícolas como las frutas y de pesca, como el salmón. Se decía que era un negocio pequeño y sobrevalorado.

En las estimaciones que se hacían se hablaba de un volumen de negocios de unos 1.500 a 2.000 millones de dólares. Ello es, al menos, 25 veces menor que el volumen de negocios de cobre y la mitad que el negocio de productos agrícolas o acuícolas. (Para los puristas, las cifras que entrego son aproximadas y lo que intento es dar órdenes de magnitud, que tengo en mi mente, para entender el concepto de esta columna).

EL NACIMIENTO INESPERADO DE UN CISNE NEGRO

Un cambio violento de la pendiente de la curva de demanda de electromovilidad el año 2020 y, particularmente, el 2021 (casi un 50% sobre el consenso) generó un «peak» inesperadamente alto de demanda de baterías respecto de lo proyectado en el consenso de todos los estudios de inteligencia de mercado, señalando claramente que las proyecciones de crecimiento del mainstream y, por lo tanto, la cadena de suministro, estarían adelantándose en al menos uno a dos años.

Ello llevó a que las compras de baterías de litio tuvieran una demanda inesperada y sin stocks de inventarios. Justamente, al revés que en el año 2019, donde un exceso de inventarios de Litio y una curva muy gradual de aumento de demanda, llevó el precio del Litio (carbonato e hidróxido) al suelo (≈US$ 7.000/ton LCE, contrato y ≈US$ 8.000 spot).

En efecto, la demanda extrema de la electromovilidad desde inicios del 2021, impulsada por una serie de planes de incentivos de los gobiernos (principalmente Europa que batió todos los récords) ello catalizado por el exceso de liquidez ocasionado por los planes gubernamentales de ayuda a la reactivación por la pandemia, llevó a que superaron los 3.000 billones de dólares (millones de millones) a nivel global.

Lo anterior gatilló la «gran batalla» de los nuevos actores en este mercado automotriz «caníbal», tanto de China como de Tesla, contra los incumbentes que iniciaron la gran defensa de sus territorios con centenares de lanzamientos e inversiones para cambiar su matriz productiva de vehículos convencionales.

VIOLENTO CAMBIO TENDENCIAL

Las expectativas creadas por este violento cambio tendencial llevaron a una demanda inesperada de baterías (¡¡Quien sea que produzca baterías, venga que se las compramos!! Elon Musk, Oct 2021) que impulsó los precios de los materiales básicos como Cobalto, Níquel y Litio (todos en un peak de precios por un fenómeno común).

Este enorme gap entre oferta y demanda llevó los precios del Litio sobre las nubes llegando actualmente hasta US$ 20.000/ton contrato y US$ 55.000/ton spot.).

Esta anomalía entre el precio contrato y spot (muestra del fenómeno del desequilibrio oferta/demanda) llevó consecuentemente a que los proveedores empezaran a reservar producción del año 2022 para vender en mercado spot, lo que lleva al precio medio de venta real a una cifra cercana a US$ 30.000-35.000/ton en el primer trimestre del 2022.

Justo éste fue el caso de Chile, donde las empresas están consolidando las inversiones de planes de expansión y tenían capacidad remanente. Es así como los contratos, que normalmente se renuevan a fin de año, fueron muy astutamente renovados al alza en 2021 y dejaron un remanente a la venta al mejor postor para aprovechar los buenos vientos.

CIFRAS QUE IMPACTAN

Esto lleva a que, gloriosamente, las cerca de 170 mil toneladas esperadas para la venta del 2022 en Chile, generarían ingresos a las compañías por alrededor de US$ 5.500 millones, el triple de lo proyectado originalmente y un 500% respecto del año 2019.

Como el costo de producción se mantiene, la mayor parte de estos mejores ingresos son utilidades, las cuales, de acuerdo con los convenios firmados el año 2018, se comparten generosamente casi «fifty-fifty» con el Fisco de Chile (cuando los precios superan los US$ 10.000/ton, obviamente ampliamente superados).

Esta situación lleva a que este año, esta anomalía temporal implique que las regalías o ingresos al fisco por el Litio, tanto por royalty (indexados al precio donde sobre US$ 10.000/ton, el Estado recibe el 40% de ingresos) así como por impuestos, el Fisco recibirá este año 2022, alrededor de los US$ 2.000 millones. Eso es más de 10 veces lo que recibió el año 2019, uno de los peores años. (Como referencia, Codelco aportaría de acuerdo con el presupuesto 2022, del orden de U$ 5.600 millones). Esto parece un cuento chino, pero, como mencioné antes, también ocurrió en muchos otros productos mineros asociados a las baterías que Chile no produce, como el Cobalto o el Níquel. En el caso del Níquel, a comienzos de este año, el precio subió más del 100% en un solo día, lo que llevó a la bolsa de Londres a cerrar las transacciones, en esa oportunidad.

Para aterrizarlo más aun, este fenómeno fue generalizado en muchos otros mercados, como el pedestre, por ejemplo, de la venta de autos convencionales en Chile, que por las razones de las anomalías comerciales creadas por el desorden logístico y presupuestario producto de las medidas del Covid el año 2020 y 2021, se produjo el exceso de demanda y escasez de oferta, por lo que aumentaron sus precios promedio por sobre un 20% y el inventario local se redujo a cero.

DESORDEN LOGÍSTICO Y PRESUPUESTARIO

Hoy, los vendedores de autos nuevos en Chile ya tienen todo el año vendido, con un backlog que supera su oferta, sin moverse de su escritorio. Su problema entonces es como ajustar su logística y venta considerando el manejo financiero del dinero que, en este caso, sobra. Ésa es una de las tantas otras caras de la anomalía. El año 2021, Chile (con una población de 18 millones) por primera vez en su historia, superó la venta de autos nuevos en Argentina (población de 45 millones), como valor absoluto. Evidentemente, muchas otras áreas de negocio que iban como avión (valga el juego de palabras), la pasaron muy mal y muchas quebraron, como parte de los daños colaterales del cisne negro. Tampoco lo predijeron.

¿QUÉ ME PASÓ?

A fines de 2019, Tianqi, la gran empresa china de Litio compró un 23% de SQM a CLC$45.000/acción. Se comentó en ese momento que era un premio exagerado a la acción, lo que eventualmente se ajustó el 2019 (que como dije fue un mal año) a menos de CLC$16.000/acción. Hoy 2022, tenemos una acción llegando a los $ 100.000/acción, un precio asociado a un previsto incremento en «ordenes de magnitud» en utilidades y ventas.

Simplemente, nunca imaginé el impacto colateral del COVID. Todos pensábamos que ello iba a «retardar el crecimiento del mundo» mientras todo se detenía por la pandemia. Sin embargo, el ser humano acumuló ansias de consumo, añoranza del pasado, y junto a generosos incentivos gubernamentales, se lo gastó todo. La gran farra. La gran deuda. Ello fue aprovechado por la geopolítica que permitió a Europa cambiar su modo de juego al modo «agresivo» y a China, no tan afectado por la pandemia, curiosamente, conquistar definitivamente algunas industrias.

¿Y COMO SE VE EL FUTURO?

Usando la lógica de los cisnes blancos, nuestro dominio, este fenómeno no es sostenible. Siempre se previó un fuerte aumento de la demanda de Litio, que llegará según mis estimaciones a unos 30 millones de toneladas anuales LCE en régimen de full electromovilidad por el año 2040. Por ello, siendo el Litio abundante, muchas nuevas minas de Litio están en etapa de inversión, aun sin operar, y muchos estudios y tecnologías para transformar recursos en reservas están en proceso de desarrollo avanzado. El aumento de capacidad no logró ajustarse a la necesidad del mercado, en beneficio de los incumbentes que aprovecharon el momentum, como Chile. Pero tarde o temprano lo harán.

Mis estimaciones son que, de acá al año 2025 (quizás antes), la producción debería al menos duplicarse para superar el millón de toneladas al año y, por lo tanto, cayendo los precios medios hasta menos de US$ 18.000/ton LCE. O sea, casi la mitad del precio actual. La demanda en ese momento doblará la actual, pero la producción crecerá vertiginosamente hasta ajustarse a la demanda por el año 2026-2027 donde el precio debería ajustarse a unos US$ 15.000/ ton. aproximadamente, volviendo al precio de contratos, donde probablemente se modificarán a acuerdos de largo plazo con variables de indexación de precios.

Igualmente, estimamos una tendencia de integración vertical de las grandes compañías de baterías y de electromovilidad en la propiedad de reservas y mineras, impulsando nuevas tecnologías de producción. Chile, en ese entonces, estará limitado por su capacidad de producción, por lo que irá disminuyendo gradualmente sus ingresos y participación global. Igualmente, si no se ajusta en la regulación al futuro previsto en el párrafo anterior, dejará a las compañías que hoy producen el Litio, sin posibilidades de suscribir contratos de largo plazo aprovechando la ola. Hoy las dos compañías tienen un «dead-line» e, incluso, la principal y local SQM, apenas cuenta con 8 años de horizonte, lo que afectará su inversión y posibilidad de negociar contratos de largo plazo (que se negocian este año) en desmedro de Chile, en general.

ENGENDRANDO UN CISNE NEGRO

Todo lo anterior, obviamente, dependerá de factores predecibles, pero un cisne negro puede estar engendrándose en este momento por los vaivenes de la geopolítica y las potenciales e inminentes crisis de cambio climático por venir.

También, es cierto que una golondrina no hace el verano, pero en este caso, la golondrina fue bien aprovechada por los que estaban allí en ese momento preciso. Los vendedores de Litio, los vendedores de autos, los vendedores de baterías, etc. y a muchos otros los llevo a la quiebra, los vendedores de casas, los vendedores de turismo, los vendedores de comida, etc. Obviamente, que en muchos campos las proyecciones no se cumplieron pues las hipótesis fallaron. Ese es el riesgo de predecir el futuro. Yo les explico los fundamentos de mis errores. Por último, la tendencia es que, una vez aprovechado el momento, se viene un futuro distinto, cuando la tormenta se calme. Chile y el Litio, deben aprovechar «su gran momento» con sabiduría y sin creerse el cuento. (Se puede contactar al autor en el siguiente e-mail: jalee@eskorpion.com)

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