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Dominique Viera: “No puede haber bienestar social sin inversión y sin minería”

  • La ingeniera comercial es una de las mujeres con mayor liderazgo en el mundo minero, por su activa participación en diferentes entidades gremiales del sector, las que comparte con su cargo de vicepresidente de Operaciones de Metaproject.

Dominique Viera Peñailillo

Dominique Viera Peñailillo, nació en el seno de una familia de tradición minera donde también, “las mujeres hacían cosas”. Esto la ha llevado a una búsqueda continua de participación en aquellos temas que la motivan. Ingeniero comercial, con un magister en Finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez, cuenta además con estudios en metalurgia en la Universidad de Santiago de Chile y experiencia laboral que abarca compañías como Microsoft, IBM, KOTRA y la empresa de suministros mineros Larox de Finlandia. Desde su cargo actual, como vicepresidente de Operaciones de Metaproject, Viera se da tiempo para impulsar la incorporación de más mujeres a las industrias masculinizadas como la minería y petroquímica, participando en asociaciones como Woman in Mining Chile y RedMad (Red de Mujeres Alta Dirección). Además, integra los directorios de la Asociación de Proveedores Industriales de la Minería en Chile (APRIMIN) y de la Asociación de empresas Consultoras de Ingeniería de Chile (AIC). En la Cámara Minera de Chile, es vicepresidenta y también, participa en las actividades de la Asociación de industriales de Antofagasta (AIA).

Su intenso desempeño profesional le ha permitido recibir el reconocimiento de entidades nacionales e internacionales. En 2008, obtuvo el cuarto lugar en la Competencia Mundial de Escuelas de Negocios “Management Game” organizada por Carnegie Mellon University (CMU) Pittsburgh, EE. UU. En 2016 fue premiada por la DIRECON ministerio de RREE de Chile, como “Empresaria Destacada”. En agosto de 2018, recibe el premio “Mujer Destacada en Minería”, entregado por primera vez por el Ministerio de Minería. En septiembre de ese mismo año, la Federación Rusa le entrega el “Best Award Special Price” durante el Women and the Economy Forum (WEF) Foro APEC 2018, Papúa Nueva Guinea, por el proyecto de reciclaje de neumáticos mineros que aún dirige; y en 2021 Recibe la distinción como Líder Referente Empresarial por la Equidad entregado por el WEF – Women Economic Forum.

Aún así, se da tiempo para realizar mentorías a pequeñas empresarias y charlas a las nuevas generaciones de profesionales de las distintas universidades chilenas relacionadas con la minería. Por todo eso, la opinión de Dominique Viera es importante para el sector, para su generación, para sus seguidores a través de las redes sociales y, especialmente, para las mujeres, para quien ella es su referente.

NACIONALIZACIÓN DE LA MINERÍA

A partir de la creación de la asamblea constituyente para proponer un nuevo modelo de Constitución para Chile, la nacionalización de la minería sonó fuerte en ese foro. ¿Qué opina de que se esté hablando de nacionalizar las compañías mineras?

Vuelve la idea de algunos sectores de nacionalizar la minería y es preocupante, porque el Estado no es eficiente como empresario. Las inversiones que se necesitan para desarrollar la minería en los próximos proyectos son de largo aliento y vienen periodos de pérdida que son importantes. El Estado, que hoy debe estar preocupado del bienestar social, tendría que dedicar muchos recursos -que muchas veces representan el total de la cartera de un año del presupuesto fiscal- al desarrollo de un solo proyecto.

Se entiende, que hay áreas de la minería que quieran nacionalizar, que digan que en algún minuto funcionó, pero también tienen que compararlo con la eficiencia que hoy día están mostrando los privados, con respecto a la misma industria de cobre nacional.

¿Cuáles, por ejemplo?

Están pidiendo con esto que el Estado haga una inversión significativa, que no tiene cómo sustentar. Cochilco ha dicho que la inversión minera en proyectos – cartera de proyectos 2021-2030- para el próximo decenio asciende a US$68.925 millones a través de 51 iniciativas; esto sin contar los varios miles de millones de dólares que significa mantener la minería privada operando. Tampoco se considera los puestos de trabajo que se van a perder, el gran impacto que va a generar.

Dar esta señal significa, además, decir a los inversionistas que todo puede cambiar. No es la idea. Tenemos que ser un país serio. Necesitamos inversión, porque eso provee mayor recaudación fiscal, y así se pueden hacer muchas más cosas en temas sociales.

Se está hablando, incluso, de no pagar (indemnizaciones), de ir en contra de los privados. Creo que no es la guerra que tenemos que hacer hoy. Debemos enfocarnos en dar alternativas y señales que permitan mayor recaudación a través de impuestos y, tal vez, mayor fiscalización, si es lo que preocupa. Eso va a significar que podamos hacer más cosas. Estoy convencida de que no puede haber bienestar social sin inversión y sin minería.

¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la industria?

Creo que, como industria, tenemos como principal desafío recuperar y potenciar la credibilidad.  Debemos reconocer que se han cometido errores en el pasado, pero hoy existe la tecnología y el espíritu de hacer una industria mejor, donde nuestras operaciones no dejen un mal impacto en las generaciones futuras, haciéndonos cargo de los pasivos de quienes pasaron antes que nosotros por aquí. Y, por el contrario, ser parte del desarrollo nacional, regional y local, con una industria en la que todos y todas seamos parte y disfrutemos de sus beneficios.

El problema de la credibilidad y confiabilidad nos impacta a todos, porque Chile no puede crecer sin desarrollar su minería y mantener su lugar competitivo a nivel mundial. El hecho de que cualquier voz, sin base técnica ni conocimiento de los procesos ni del proyecto, pueda emitir juicios de valor y que una comunidad pueda escuchar e interferir en el desarrollo de proyectos es gravísimo. Más grave aún, es el hecho de que existiendo tecnología que permita el desarrollo de procesos sustentables, ésta no se pueda aplicar por la crisis de confianza.

Todos queremos un mejor vivir para las familias chilenas, pero atentar contra la minería impide el avance hacia el bienestar social, porque no hay otra industria en Chile que pueda generar los recursos para ese bienestar como lo hace la minería. De hecho, la industria minera, con los recursos que mueve, genera un hábitat que permite la investigación y desarrollo por sí solo, así como la generación de startups y emprendimientos locales.

Tenemos muchos otros desafíos, como la escasez hídrica, la generación de energía sustentable, la baja en las leyes de los minerales, pero todas las anteriores tienen solución a través de la tecnología. Lo lamentable es que, si las comunidades no confían en que podemos hacerlo sin generar pasivos estos desafíos nunca podrán ser abordados. Por lo mismo, creo positivamente en la incorporación de las mismas comunidades a los proyectos y labores mineras y a los organismos de fiscalización. Es imperativo que la información deje de ser asimétrica y podamos generar nuevas confianzas.

¿Cómo ha visto el proceso de mayor integración de las mujeres a las compañías mineras y a las empresas proveedoras?

La incorporación de la mujer ha ido en aumento. En la minería en general, como industria, estamos en un 12% de participación. Hay cargos que son más bien administrativos o de servicios, en que es más fácil avanzar, pero la llegada de mejor tecnología ha permitido que, en actividades donde antes se necesitaba más fuerza física, ahora también puedan ingresar las mujeres.

Hemos tenido un gran avance. En el último año, aumentamos en un 57% la contratación femenina, respecto del anterior. Estamos cambiando paradigmas. Recién, en 1996 se permitió que pudiéramos entrar a las minas subterráneas.

Los obstáculos que hoy tenemos las mujeres son propios de la lejanía de las faenas mineras desde los centros poblados, además de los sistemas de turno. Todo pasa por temas personales. Creo que las mujeres tenemos que atrevernos, aprender a no ser juzgadas, porque muchas somos madres y estamos trabajando en sistemas de turnos. Obstáculos físicos o de capacidades son cada vez menores, es un obstáculo netamente interno.

Los proveedores siempre estamos dando una señal positiva. De acuerdo a una encuesta que realizó Aprimin, la participación femenina en el sector era de un 19%. Esto es superior al promedio total de la industria minera. Lo importante es que demos la posibilidad de que estas mujeres estén en puestos de toma de decisiones.

El futuro es bastante auspicioso, porque una vez que se cambian los equipos, se comienza a pensar diferente. Y los equipos son cada vez más diversos.

Se suele decir que en Chile hay una desconexión entre la minería y el resto de los ciudadanos. ¿Que su padre, Manuel Viera Flores, fuera parte del ecosistema minero hizo que tuviera una percepción distinta?

Mi padre y también mi abuelo, que fue pirquinero, estaban fuertemente ligados a la minería, claramente eso te da una visión distinta. Pero, también creo que esa desconexión se da entre los que somos de la Región Metropolitana o entre la gente que vive en zonas no mineras.

En Combarbalá, por ejemplo -como muchos otros pueblos-, se ve como la comunidad, los servicios y todo lo que crece alrededor, está sumamente relacionado con el mundo minero, especialmente con la pequeña minería. Se aprecia lo orgullosa que está la gente de trabajar ahí. Tienen cuentos, historias… se construye un mundo tan bonito, que hace que uno desde pequeño tenga otra predisposición. Es difícil que alguien te hable de que la industria minera es el enemigo, porque se ven las cosas positivas que trae para una comunidad.

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