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Prácticas CCM-ELEVA: contribuyendo a la empleabilidad y reactivación económica del país

  • Más del 50% de los jóvenes que participan del programa de prácticas ha sido contratado por las compañías mineras y/o proveedoras del sector al finalizar sus prácticas laborales.

En tiempos en que los índices de desocupación se encuentran en niveles históricos y todas las miradas apuntan a la reactivación económica del país, iniciativas que fomenten mayores y mejores oportunidades laborales para las personas cobran hoy más relevancia que nunca.

En este contexto, los resultados de la labor que por más de 3 años viene desarrollando el programa Eleva en las regiones mineras del país dan cuenta de la importancia e impacto que esta iniciativa genera en muchos jóvenes que ven en la formación técnico profesional una alternativa concreta de superación y movilidad social, sobre todo, considerando que se trata del grupo estudiantil que presenta mayores índices de vulnerabilidad.

A través de su programa de prácticas laborales, Eleva busca generar oportunidades reales en los futuros técnicos del país por medio de un trabajo colaborativo con la industria, a través del Consejo de Competencias Mineras (CCM), que ya ha permitido a más de 150 jóvenes de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama, Coquimbo, Valparaíso y Metropolitana acceder a realizar pasantías en las principales compañías mineras y proveedoras del sector.

Gabriela Navarro, Directora Ejecutiva de Eleva, destaca que “tanto el compromiso y participación del sector privado con las instituciones formativas, así como el de éstas con sus estudiantes, es fundamental para hacer frente a los desafíos de las industrias del futuro y en la minería se ha asumido este rol de manera ejemplar. Hoy ya son 12 empresas mineras y proveedoras en vinculación con instituciones de formación que son parte de la red Eleva, y lo más relevante es que más del 50 % de los jóvenes que han sido parte de esta iniciativa han sido contratados una vez finalizadas sus prácticas, signo evidente de su aporte a la empleabilidad”.

Antofagasta Minerals (AMSA), fue la primera compañía en apostar por esta iniciativa, siendo pioneros en implementar el programa de prácticas con el modelo CCM – Eleva en Minera Antucoya. Hoy, todas las compañías que conforman el grupo AMSA han realizado al menos un programa Eleva, asociado principalmente a prácticas, en áreas de Mantenimiento y Operaciones.

Ana María Rabagliati, vicepresidenta de Recursos Humanos de Antofagasta Minerals, señaló que “todas las compañías del Grupo coinciden en el valor de la contribución de CCM-Eleva en estos programas de formación, sobre todo en lo que respecta al diseño y asesoría en la preparación tanto de tutores y practicantes, destacando los sistemas de seguimiento y control asociados al avance de la práctica y las actividades dentro de ella. Además, establecer una base transversal de los liceos Eleva, permite que los practicantes ingresen a los programas con una base común y que, por lo tanto, existan menos brechas”.

La ejecutiva relevó además que esta iniciativa “permite vincular estándares nacionales con los de las compañías, alineando los perfiles ocupacionales y sus competencias, facilitando la carrera laboral de estos jóvenes y formandolos en procesos que se encuentran dentro de la cadena de valor principal de una empresa minera, como, por ejemplo, la línea de mantención que por años ha sido una de las áreas donde la oferta laboral de personas es baja por el nivel de especialización requerido”.

PRÁCTICAS EN TIEMPOS DE PANDEMIA

A nivel nacional, gran parte de los procesos de práctica han debido ser suspendidos, producto de la crisis sanitaria; sin embargo, una valiosa excepción fue la protagonizada por un grupo de 6 jóvenes del Liceo Politécnico de Illapel que tuvieron la oportunidad de iniciar su proceso de práctica laboral en Minera Los Pelambres.

Valentina Godoy, especialista de Desarrollo de Empleados de la minera, destacó que el buen desempeño y rápido aprendizaje de estos jóvenes “ha hecho que su rol se vuelva más importante en el aseguramiento de la continuidad operacional. Debido a esto, tuvimos que adaptarnos rápidamente y con un esfuerzo en conjunto con Fundación Chile, logramos flexibilizar las estaciones de entrenamiento y, por lo tanto, la duración de las prácticas se extendió de 6 a 12 meses totales”.

Brihan Suaréz es uno de los jóvenes que compone este grupo, quien califica esta experiencia como enriquecedora para su proceso de formación señalando que “gracias al trabajo que he podido desarrollar mediante las pautas entregadas por mis colegas y supervisores, me he podido instruir en las metodologías que contribuyen tanto a los resultados de la empresa, así como también lo que el grupo espera de mi, buscando siempre la mejora continua y resultados enfocados en el negocio”.

En tanto, Loretto Ledezma, la única mujer de su grupo, destaca la recepción que ha tenido por parte de sus compañeros señalando que “siempre me alientan a seguir adelante, a esforzarme y dar lo mejor. Mi experiencia en el proceso de práctica ha sido la mejor que he tenido”.

En cuanto a la preparación formativa con la que llegó para hacer frente a este desafío, agregó que “estábamos muy bien preparados al iniciar la práctica, así que no fue como llegar a un mundo completamente distinto, sino que fue darle sentido a todo lo aprendido teóricamente”.

Eduardo González Huerta, quien también forma parte de este grupo de jóvenes, valoró ser parte de esta iniciativa relevando el apoyo de Eleva y CCM, “quienes nos apoyaron desde el primer momento cuando comenzamos con los estudios y ahora en faena, siempre preocupados de nosotros además del tremendo trabajo del coach y los profesores quienes fueron las personas que nos dieron las herramientas para enfrentar este gran desafío”.

“Debido al rápido crecimiento y desarrollo que ha tenido la industria minera, para la compañía es fundamental generar y seguir fomentando este tipo de vinculaciones e iniciativas como las prácticas laborales que se transformen en una experiencia relevante en el futuro desarrollo profesional de los jóvenes y los acerque aún más a la realidad laboral”, añadió la encargada de Desarrollo de Empleados de Minera Los Pelambres, Valentina Godoy.

UNA SEGUNDA ETAPA

Los resultados y reconocimiento de Eleva como la primera experiencia de implementación de un marco de cualificaciones en el ámbito minero, se ha consolidado como una valiosa oportunidad para los jóvenes que buscan incorporarse al mundo laboral.

En este sentido, la vicepresidenta de Recursos Humanos de AMSA señaló que buscan potenciar el programa y fortalecer esta alianza “para continuar desarrollando los programas de recambio en procesos técnicos – profesionales de las compañías, en función de los desafíos estratégicos de la industria, de las organizaciones y las necesidades locales de cada faena, junto con generar programas con foco en la inclusión de mujeres y personas con discapacidad, con el objetivo de generar distintas alternativas formativas que se ajusten al contexto actual”.

Consolidar su contribución a la calidad y pertinencia de la formación técnico profesional y su vinculación al sector productivo, así como asegurar la continuidad a estas iniciativas son los próximos desafíos de Eleva a pocos meses de dar por finalizada su primera etapa, para lo cual en alianza con el Consejo de Competencias Mineras ya se encuentra planificando sus próximos pasos.

“Contar con el compromiso de los actores clave de los ecosistemas territoriales es fundamental para seguir avanzando y consolidar el trabajo que por más de 3 años Eleva ha venido desarrollando en las regiones en las que está inserta. Hoy podemos decir que contamos con un modelo validado y reconocido por las instituciones formativas, el sector público y la industria, y cuenta con el respaldo suficiente para ser escalado a nuevas especialidades y regiones del país”, concluyó la Directora Ejecutiva de Eleva, Gabriela Navarro.

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