Columna de OpiniónDestacadosNoticias
Trending

Proveedores Mineros: eje estratégico de la sostenibilidad y la transición energética en Chile

  • Por Patricio Cartagena D., Presidente del Centro de Arbitraje y Mediación Minero, CAMMIN. //

Patricio Cartagena D., Presidente del Centro de Arbitraje y Mediación Minero, CAMMIN.

La minería chilena avanza hacia una nueva era, donde el valor ya no se mide solo en toneladas de producción, sino en su capacidad de generar desarrollo sostenible, integridad corporativa y legitimidad territorial.

En este contexto, los más de 4.000 proveedores mineros del país no solo son actores operativos, sino socios estratégicos del desarrollo minero del futuro, en especial en lo relativo a los minerales críticos para la transición energética global.

UNA GRAN MINERÍA SOFISTICADA Y UN ECOSISTEMA QUE DEBE ALINEARSE

Las compañías mineras que operan en Chile —públicas y privadas— lo hacen bajo los más altos estándares ESG (ambientales, sociales y de gobernanza), tanto internos como auditados por organismos internacionales. Esta sofisticación ha elevado la vara para toda su cadena de suministro, generando un nuevo estándar de entrada: “solo aquellos proveedores que cumplan criterios de sostenibilidad, cumplimiento normativo y ética empresarial serán parte del negocio”.

Este nuevo escenario plantea un desafío estructural para la base proveedora nacional, especialmente para pymes y empresas regionales, que muchas veces carecen de los recursos técnicos o financieros para adaptarse con rapidez. Pero también es una oportunidad estratégica: el proveedor que logre adaptarse no solo se mantendrá vigente, sino que será parte de una nueva narrativa minera más inclusiva y responsable.

COMPLIANCE: EL NUEVO CIMIENTO DE LA LICENCIA OPERATIVA

Hoy, la gran minería exige que sus proveedores acrediten sistemas robustos de cumplimiento normativo (compliance), capaces de prevenir riesgos legales, financieros y reputacionales. Las recientes reformas legislativas en Chile refuerzan este imperativo: Ley de Delitos Económicos (Ley N°21.595), que amplía significativamente el catálogo de delitos aplicables a las empresas y directivos. Obliga a implementar programas efectivos de prevención, so pena de sanciones penales; Ley Karin (Ley N°21.643): incorpora nuevas obligaciones sobre prevención y sanción del acoso laboral, sexual y violencia en el trabajo, obligando a todos los empleadores a adoptar protocolos, canales de denuncia y capacitación; y D.S. N°44/2024 del Ministerio del Trabajo: establece nuevo reglamento para la gestión preventiva de riesgos laborales, cuya inobservancia puede acarrear sanciones y eventualmente la pérdida de contratos en faena.

Este nuevo marco normativo genera una presión transversal sobre toda la cadena de valor minera: ya no basta con ser eficientes o económicos, ahora hay que ser también confiables, íntegros y responsables. La minería no puede —ni quiere— contratar a quien pueda transformarse en un riesgo operacional o reputacional.

UNA NUEVA VENTAJA COMPETITIVA: SOSTENIBILIDAD + CUMPLIMIENTO

El cumplimiento normativo ya no es solo una barrera de entrada, es una ventaja competitiva para el proveedor que actúe proactivamente. Empresas que ya han integrado políticas claras de sostenibilidad, protocolos de debida diligencia, medidas contra la corrupción, equidad de género y economía circular, no solo son más atractivas comercialmente, sino que se posicionan como aliados estratégicos de largo plazo frente a las compañías mineras.

Y esto va más allá de lo legal. En un contexto de presión social, escrutinio internacional y urgencia climática, la minería requiere una cadena de suministro que sea parte activa de la solución, no un pasivo a gestionar. Proveedores que comprendan esta visión podrán crecer junto a la minería del futuro.

PROVEEDORES Y TRANSICIÓN ENERGÉTICA: HABILITADORES DEL CAMBIO

Chile tiene la responsabilidad —y la oportunidad— de liderar la producción global de minerales críticos como el litio y el cobre verde. Pero para que esto ocurra, la cadena de proveedores debe estar a la altura del desafío tecnológico, ambiental y ético.

Esto significa desarrollar soluciones locales en hidrógeno verde, electrificación de procesos, eficiencia hídrica, automatización y monitoreo ambiental. Significa también adoptar prácticas de gobernanza robustas, procesos de participación efectivos y relaciones laborales alineadas con las nuevas exigencias sociales

El mensaje es claro: no habrá minería sostenible sin proveedores sostenibles. Lo que antes era voluntario, hoy es mandato legal. Lo que antes era un diferencial, hoy es un requisito básico. Pero más allá del cumplimiento, se abre la posibilidad de construir un ecosistema proveedor que sea motor de innovación, desarrollo territorial y prestigio país.

Chile debe actuar con visión estratégica: articular incentivos, plataformas de apoyo técnico y mecanismos de financiamiento que aceleren la adopción de estos estándares. Las empresas proveedoras deben asumir este proceso como una transformación cultural y organizacional, no como una simple adecuación regulatoria.

 

 

Artículos relacionados

Close