- Por Alvaro Merino Lacoste, director ejecutivo de Núcleo Minero. //

Cabe hacer presente que, nuestro país tiene actualmente una ventaja competitiva en la extracción y procesamiento de litio. En el Salar de Atacama están las mayores y mejores reservas de litio. Las salmueras ahí poseen altas concentraciones de mineral, una relevante ventaja competitiva respecto de otras regiones del mundo. A esto se suman bajos costos de procesamiento, debido a su muy buena distribución de iones. Asimismo, tiene excelentes índices de evaporación y permite operar todo el año debido a sus excepcionales condiciones climáticas. Todo esto, junto a la cercanía de los puertos, lo sitúan como la fuente más relevante para obtener litio a nivel mundial.
Chile tiene las mayores reservas de litio del planeta, que según el Servicio Geológico de los Estados Unidos alcanzan al 31%.
Considerando las excepcionales características del país en la producción de litio, debe promover, incentivar, agilizar y no dilatar la inversión.
En síntesis, Chile requiere explotar este recurso y aprovechar sus ventajas competitivas, para lo cual es indispensable la inversión oportuna que le permita acceder a los beneficios que otorga la creciente demanda.
Ahora bien, desde que el 31 de mayo de 2024 se firmó el acuerdo de asociación entre Codelco y SQM para explotar el litio en el Salar de Atacama, esta alianza ha ido avanzando paulatinamente.
Sin embargo, con el objeto de privilegiar la transparencia y obtener del mercado las mejores condiciones económicas hubiese sido preferible la licitación internacional, respecto del acuerdo directo como el alcanzado entre estas dos compañías mineras. No obstante, considerando la necesidad de la continuidad operacional y, junto con ello, aumentar la producción para aprovechar la creciente demanda por litio, parece ser que el trato directo era la mejor alternativa.
En este extenso y complejo proceso de asociación faltan dos etapas claves, el resultado de la consulta indígena y la aprobación por parte de la Administración Estatal para la Regulación del Mercado de China.
Si se dilata este proceso, el riesgo de que fracase esta operación se eleva considerablemente, por cuanto va a salir del ámbito técnico-económico y se politizará.
Debemos recordar que, recientemente la candidata presidencial del Partido Comunista, Jeannette Jara, señaló que “mantendrá el convenio si el actual Gobierno lo consolida. En caso contrario buscará vías alternativas”.
Al respecto, entre las medidas prioritarias del programa de dicha candidata se propone la nacionalización del litio y del cobre. Sobre el particular, considero que se debe informar a la ciudadanía y a los accionistas de las compañías mineras, si esta expropiación se hará en los mismos términos a la realizada en 1971, donde no solo no se indemnizó a las empresas mineras, sino que estas quedaron debiendo al Estado de Chile sumas millonarias, por las supuestas “utilidades excesivas”. Es evidente que, con esta propuesta ningún inversionista privado estaría dispuesto a destinar sus recursos para financiar un proyecto minero.
Por tanto, si Chile debe optar entre expropiar el litio y este acuerdo, entre estas dos relevantes compañías mineras, como son precisamente Codelco y SQM, la respuesta es clara, nítida y precisa. El país, para beneficiarse de la creciente demanda por litio, debido a la electromovilidad y al desarrollo de energías limpias, debe cerrar este pacto a la brevedad posible. De no hacerlo, perderemos la oportunidad que nos brinda el mercado y no aprovecharemos la ventaja competitiva que Chile tiene en la extracción de litio.
No estaríamos frente a esta controversia, sobre la licitación o el trato directo, si al litio se le hubiese otorgado el mismo tratamiento jurídico que tienen otras sustancias mineras, como cobre, hierro, oro, etc., es decir, fuese concesible.
Recordemos que, de acuerdo a nuestro ordenamiento jurídico, el litio no es una sustancia susceptible de concesión, debido a que se consideró un elemento estratégico, es decir, esencial y de importancia decisiva para el desarrollo y, además, como un elemento clave para la fusión nuclear.
No obstante, aún es tiempo para adecuar la legislación y liberalizar el litio a fin de que el sector privado pueda acceder libremente a estos recursos, porque no hay nada más estratégico para nuestro país que incrementar su riqueza y aumentar su actividad económica, con el fin de disminuir la pobreza y acercarnos al umbral del desarrollo, pues ello va en directo beneficio de todos los habitantes de nuestra nación.
Debemos tener presente que, sin concesiones mineras, Chile sería otro país, Chile tendría otro rostro.