- Gabriel Estay, Director de Secure Power para el Cluster Andino de Schneider Electric. //

Sequías prolongadas, incendios más intensos y presión sobre sectores productivos son algunos de los síntomas del cambio climático en Chile. Por eso, contar con conocimiento científico sólido no es opcional, sino indispensable para decidir cómo adaptarnos y reducir impactos. Sin evidencia, la sostenibilidad se vuelve sólo una aspiración sin el debido respaldo técnico.
Sin embargo, el país aún presenta una brecha significativa, porque invierte 0,41% del PIB en investigación y desarrollo, lejos del promedio OCDE de 2,7%. Esto limita la capacidad de generar soluciones locales y modelos productivos más eficientes. Por ello, promover la ciencia debe ser un esfuerzo conjunto entre el Estado y los privados, para así fortalecer la investigación y formación de talento, incorporando mediciones sistemáticas en sus decisiones estratégicas.
Avanzar hacia organizaciones más sostenibles exige evaluar consumos, emisiones y riesgos con herramientas científicas claras. Lo que no se mide, no se gestiona. Y lo que se investiga, no se transforma. Impulsar la ciencia es, en definitiva, impulsar la capacidad del país para enfrentar un clima que cambia más rápido que nuestras respuestas.



