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La minería y el cambio climático

  • Por Diego Hernández, Presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI)

Diego Hernández, Presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI)

Resulta preocupante la publicación del reciente informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC) de las Naciones Unidas. Una de las conclusiones es que el calentamiento global es peor y más rápido de lo que se esperaba.

Este documento es un llamado de atención para adoptar medidas ahora, reduciendo emisiones de gases de efecto invernadero a través del uso de energías renovables y con hábitos de consumo responsable.

En este escenario, ¿qué está haciendo la minería para enfrentar esta compleja coyuntura para la humanidad y Chile?

La mayor contribución que puede realizar es proveer los minerales necesarios para hacer la revolución tecnológica que permita la reducción de dichas emisiones. Y esto se realiza a través de la producción de cobre y litio, que permiten un eficiente almacenamiento de energía y son insumos básicos para la electromovilidad, en particular en el caso del litio, y las energías renovables.

El desafío adicional para la minería chilena es que la producción de estos minerales sea sustentable. Por ello, existen distintas instancias en que se trabaja la transición hacia una minería verde.

Avances ya realizados en este sentido incluyen inventarios de GEI con meta de reducción de emisiones en el camino hacia la carbono-neutralidad -con una reducción del uso de combustibles fósiles en sus equipos y la contratación de energía limpia para su consumo-. Asimismo, se están propiciando iniciativas de adaptación como, por ejemplo, la eficiencia hídrica, el uso de agua desalada, la economía circular y planes de acción en circunstancias climáticas extremas. También se está explorando una trazabilidad acuciosa de minerales.

Uno de los efectos palpables del cambio climático ha sido la extensa sequía que afecta a nuestro país. La minería es uno de los sectores menos afectados. Como se desarrolla mayormente en la zona norte del país, que es desértica, el sector se ha preocupado, desde hace muchos años, de depender lo menos posible del agua continental.

Hay que recordar que nuestra industria solo consume el 3% del total nacional, de acuerdo con información de la DGA. Medidas que ha tomado el sector incluyen la recirculación, que alcanza al 76%, siendo en algunas faenas cercana al 90%. Adicionalmente, el uso de agua de mar, salada y desalada, ha aumentado y seguirá aumentando en el tiempo. De hecho, Cochilco proyecta que al año 2031 un 47% del consumo de agua total de la industria será a través de agua de mar.

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