Columna de OpiniónDestacadosNoticias
Transformando Pasivos en Activos: La Oportunidad País en la Valorización de Materiales Mineros
- Por Óscar Plaza, Gerente Técnico en Constructora Bitumix y Consejero de la Cámara Chilena de la Construcción. //

En el debate sobre el futuro de nuestra infraestructura y de la minería, se ha instalado una pregunta central: ¿cómo articular a la industria minera y vial para aprovechar el enorme potencial que representan las escorias, estériles y relaves como nuevos áridos para la construcción?
La respuesta comienza por reconocer las escalas. La minería genera volúmenes de materiales inmensamente superiores al consumo actual de áridos en infraestructura. A ello, se suma la distancia entre los puntos de generación y los centros de consumo, y el desafío cultural de superar la comodidad de trabajar con materiales tradicionales de cauces y riberas. Sin embargo, cuando proyectamos la demanda futura de áridos —que en un escenario optimista podría cuadruplicarse en los próximos 50 años— la pregunta no es si debemos buscar alternativas, sino cómo lo hacemos de manera sostenible, segura y con visión de largo plazo.
UN MARCO NORMATIVO MODERNO
En este camino, el marco regulatorio es decisivo. Las nuevas normas técnicas —como las de áridos para mezclas asfálticas, hormigón y mortero, los áridos reciclados y los artificiales provenientes de escorias, estériles o relaves— cambian el foco desde una lista rígida de definiciones técnicas para materiales hacia el desempeño de los productos finales. Esto abre la puerta a mayor innovación, mejor competitividad y a una oferta más amplia de áridos disponibles para el desarrollo de proyectos de infraestructura.
La futura ley de extracción de áridos es otra pieza acotada. Su foco está en regular la extracción en cauces, esto reconoce la urgencia de incorporar nuevas fuentes como el silicato de hierro (escorias) o los subproductos industriales de la minería del cobre, lo que permitirá dar certezas de largo plazo, reglas claras e incentivos para una industria de áridos sostenible, formal y competitiva.
INNOVACIÓN APLICADA Y COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA
La experiencia de Bitumix muestra que es posible avanzar. Desde 2006, en nuestro centro de I+D en Maipú, hemos experimentado con materiales alternativos como escorias de fundición, estériles y relaves, integrándolos en mezclas asfálticas y soluciones viales de calidad comprobada. Estos desarrollos nos permiten reducir impactos ambientales y acelerar el cumplimiento de metas país y conocer el desempeño de las nuevas soluciones para infraestructura.
No obstante, la innovación tecnológica no es suficiente si no existe un verdadero trabajo colaborativo. La articulación público–privada entre minería, Ministerio de Obras Públicas, Ministerio de la Vivienda y empresas de la construcción, son los grandes habilitadores pendientes. Ya contamos con diagnósticos y pilotos, más la experiencia internacional; ahora el paso siguiente es romper la inercia, asumir riesgos compartidos y ejecutar obras que den confianza al mercado púbico y privado.
DE PASIVO A ACTIVO: UNA DECISIÓN PAÍS
La escoria de cobre es el mejor ejemplo de esta transformación. Lo que ayer era un desecho ambiental, hoy puede convertirse en materia prima de alta calidad para caminos mineros o proyectos de infraestructura urbana, reduciendo consumo de agua, emisiones y presión sobre las cuencas. Para avanzar, se requieren incentivos claros y un reconocimiento regulatorio, social y de mercado a las empresas que acumulen experiencias aplicadas en economía circular.
Este cambio trae consigo impactos directos en sostenibilidad: menos extracción desde fuentes naturales, menor presión sobre ríos y ecosistemas, y una contribución significativa a las metas de circularidad del país, asumiendo compromisos internacionales ya firmados. Para lograrlo, el Estado debe jugar un rol decisivo; es el principal inversor en infraestructura pública y quien define los parámetros ambientales y contractuales de los proyectos. Incorporar criterios de circularidad desde la etapa de diseño y licitación de obras públicas será fundamental para masificar estas prácticas.
MIRANDO HACIA ADELANTE
Los próximos pasos son claros: adaptar los modelos de contratación pública y privados, promover incentivos que reconozcan la circularidad, y avanzar en productividad eliminando costos innecesarios que encarecen los proyectos. Chile ya cuenta con las capacidades técnicas y el conocimiento acumulado; lo que falta es la voluntad de aplicar a escala lo que ya sabemos que funciona.
La valorización de escorias, estériles y relaves no es solo un desafío técnico, es una decisión estratégica para el país. Si logramos dar este salto, estaremos convirtiendo un problema histórico en una oportunidad única para construir infraestructura sostenible, competitiva y alineada con la economía circular que demandan las próximas generaciones.
Se deja abierta la invitación a seguir trabajando y promoviendo una industria del árido sostenible y con mirada de futuro, con el aporte de gremios, ministerios, empresas y la academia, articulando los sectores de la construcción, minería y manufactura por organizaciones clave como la Corporación Alta Ley. (Fuente: Corporación Alta Ley).