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Bienestar entre trabajadores = mayores ingresos en empresas

Por
Nicolás Goldstein

Presidente Ejecutivo de Accenture Chile

En un mundo convulsionado, los líderes están siendo puestos a prueba en tiempo real para mantener su negocio viable mientras navegan por una inimaginable crisis social y económica. En el centro de todas las conversaciones están temas como: ¿cómo podemos cuidar de nuestra gente? De acuerdo con un estudio reciente de Accenture, antes de la crisis sólo el 35% de los ejecutivos C-Level se sentía responsable de que su gente estuviera mejor y en sólo seis meses esta cifra ha saltado al 50 por ciento.

Ayudar a las personas a mejorar no es sólo lo correcto que deben hacer las empresas por las personas, es también lo correcto por hacer para el negocio. Incluso en medio de un débil crecimiento del PIB, las empresas que se preocupan del bienestar de sus empleados pueden ver un crecimiento de sus ingresos del 5%, en momentos en que se prevé que las ganancias de las empresas a nivel mundial caerán -4,7% este año. En tiempos económicos estables, las organizaciones podían alcanzar un crecimiento de dos dígitos en sus ingresos con políticas de bienestar para sus empleados.

De acuerdo con un estudio de Accenture Research, el catalizador de este crecimiento es un nuevo tipo de estrategia por parte de las compañías, que reconoce la confianza como la clave de su forma de operar. Con la confianza, se puede trabajar a través de la organización para diseñar una cultura que mejora la situación de las personas, se eleva el negocio e impulsa la comunidad, no sólo para emerger más fuertes, sino que también para crear un futuro mejor. Eventualmente, la crisis actual pasará, y las personas elegirán con quiénes trabajar y/o hacer negocios. Las organizaciones que se preocupen por el bienestar de sus empleados serán quienes tendrán éxito en los próximos años.

En una encuesta realizada de marzo a julio de 2020, más del 60% de las personas dijo que confiaba en que su empresa está haciendo lo correcto en el contexto de la pandemia, mientras casi el mismo porcentaje sostuvo sentirse apoyada por su empleador. Sin embargo, los trabajadores están ahora examinando sus carreras en momentos que el desempleo mundial casi se ha duplicado, pasando de 4,8% en 2019 a 8,3% en las economías avanzadas en 2020. La investigación de Accenture también revela que más de la mitad de los trabajadores está explorando nuevas fuentes de ingresos y contemplando cambios de carrera. Mientras que muchos trabajadores confían en sus empleadores, no están necesariamente comprometidos con ellos.

Al mismo tiempo, los trabajadores tienen grandes expectativas de cómo las organizaciones liderarán de forma responsable después de la crisis. De acuerdo con el estudio de Accenture, 69% espera que las empresas empiecen a comportarse de manera más responsable y equitativa que antes y 67% dice que el COVID-19 ha reforzado la necesidad de una mayor participación de las empresas en la mejora de resultados sociales y ambientales. Pero quizás lo más sorprendente es que también es personal: aproximadamente 1 de cada 2 trabajadores está de acuerdo en que la ética, la sostenibilidad y los valores morales que tiene una compañía se volverán más importantes para después de que pase la pandemia.

Las 6 necesidades clave

“La normalidad» no es algo a lo que volveremos nunca, ni deberíamos. Nuestras aspiraciones son mucho más altas ahora. Las empresas deben avanzar hacia nuevas formas de trabajar y generar lealtad entre sus empleados.  Los líderes que tendrán éxito serán aquellos que forjen lugares de trabajo que impulsen la inclusión y la diversidad, entendiendo que el bienestar de las personas debe ser siempre primero. El foco de las empresas entonces no sólo debe estar en ayudar a las personas a construir una carrera, sino que también en forjar un futuro mejor para las familias y comunidades de sus empleados.

Para entender cómo las organizaciones pueden captar esta oportunidad, Accenture entrevistó a 3.200 altos ejecutivos y más de 15.600 trabajadores que abarcan 15 industrias y 10 países en un estudio exhaustivo y único en su género. De acuerdo con el reporte, al satisfacer seis necesidades humanas fundamentales a través del trabajo, las empresas despliegan todo el potencial de su gente. Estas necesidades se enmarcan en seis dimensiones: emocional y mental, relacional, físico, financiero, con propósito y empleable.

La investigación de Accenture encontró que el 64% del potencial de las personas -definido por su capacidad para utilizar sus habilidades y los puntos fuertes en el trabajo- se ven influidos por si se sienten mejor a través de estas seis dimensiones. A la inversa, menos del 9% del desbloqueo de ese potencial puede explicarse por factores como la educación, la tenencia, el nivel, la industria, geografía y tamaño de la empresa.

Los límites entre el trabajo y la vida personal de la gente se están desdibujando. En tiempos de crisis, las necesidades de las personas requieren una atención aún mayor. La salud mental, el tiempo para la actividad física y las necesidades relacionales se intensifican cuando las personas están en aislamiento relativo. Estamos viendo que las necesidades financieras, empleables y con propósito también están necesitando mayor apoyo, ya que el 62% de los trabajadores está preocupado por su seguridad laboral y está reevaluando sus prioridades. Todos estos factores están impulsando una importante crisis mental mundial, mientras el trauma generado por la pandemia en las personas continuará mucho más allá después de que haya una vacuna.

A pesar de lo anterior, la mayoría de los líderes de las organizaciones estaba invirtiendo sólo en las dimensiones Empleable y Financiera antes de la crisis. Esto, por sí solo, no desbloqueará el potencial de las personas a largo plazo. A medida que las organizaciones tratan generar confianza entre sus empleados y liderar responsablemente, conocer las emociones de los trabajadores, las necesidades relacionales, de propósito y físicas también son de gran importancia, ya sea que estemos en modo de crisis o no.

Los trabajadores y los altos ejecutivos también difieren en sus puntos de vista sobre quién es responsable de liberar el potencial de las personas. Accenture recogió datos de ambos grupos antes y durante la crisis. Antes de que comenzara la pandemia, más de dos tercios (67%) de los trabajadores de nuestro estudio creía firmemente que las empresas eran responsables, en comparación con sólo 35% de los ejecutivos. Durante la crisis, estos los sentimientos se profundizaron, con el 78% de los trabajadores creyendo que sus empleadores son responsables y con 50% de los ejecutivos del C-Level de acuerdo.

Las empresas tienen hoy una oportunidad única de impulsar a las personas a sacar su máximo potencial y de forjar un propósito claro en momentos en que muchos están buscando más significado para todo lo que hacen. El momento de avanzar en la conformación de un lugar de trabajo más diverso, inclusivo y flexible es ahora.

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