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LITIO: EN BUSCA DE LA CADENA DE VALOR

Por
Jonathan Castillo

Gerente de Alta Ley

Lo ha recogido constantemente la prensa, ha estado presente en la gran mayoría de los debates sobre minería de los últimos años y está marcando cada vez más la agenda de parlamentarios y gobierno. El litio, sin duda, le hace honor a su apodo de “oro blanco”: la comercialización de la batería de iones de litio en la década de los 90 permitió a la revolución la telefonía móvil y la industria del smartphone y de los tablets de finales de los años 2000. Actualmente, las baterías de litio siguen siendo claves para el almacenamiento de energía, electrónica de consumo, y el cambio global hacia los vehículos eléctricos.

Esta nueva revolución energética implica un desafío estratégico para nuestro país; consolidar su posición y avanzar en la cadena de valor. Chile posee una de las mayores reservas de litio, con un 48% del total mundial, y es el primer país en procesar litio a partir de salares a gran escala. Nuestro potencial como productores es enorme: sólo en el Salar de Atacama se estiman reservas de 7,5 millones de toneladas de litio – 40 millones de toneladas de Carbonato de Litio Equivalente – y debiéramos triplicar nuestra producción en cinco años, alcanzando las 250.000 toneladas de carbonato de litio al año 2022.

Sobrados de recursos naturales, avanzar en todos los ámbitos de la cadena de valor y aumentar la producción de manera sostenible se vislumbra como un desafío a largo plazo, avanzando en la elaboración de cátodos de alta densidad energética para asegurar la disponibilidad de este recurso estratégico y el reciclaje para la obtención de una nueva fuente de litio, creando productos con valor agregado.

Pero hecho el diagnóstico, la pregunta es ¿cómo seguimos? Es absolutamente necesaria la colaboración conjunta entre el Estado y la industria privada, con un rol activo del sector público, para avanzar en agregar valor en la producción de litio, aguas arriba como aguas abajo. Es necesario también la formulación de medidas y políticas públicas que permitan una adecuada y óptima explotación de este metal; el fortalecimiento del sistema de I+D+i nacional y el establecimiento de un marco regulatorio que ofrezca incentivos para la instalación de un clúster de manufactura avanzada en Chile de productos de litio.

En este contexto, la Corporación Alta Ley está participando activamente, representando al Consorcio para el Desarrollo del Instituto de Tecnologías Limpias (ASDIT) en la postulación a la Iniciativa impulsada por CORFO para la creación del Instituto de Tecnologías Limpias en la Región de Antofagasta. Se trata de un centro orientado a generar nuevos conocimientos y tecnologías I+D aplicadas a la cadena del litio, y liderar líneas de investigación más sustentables y amigables con el medio ambiente, que apunten a procesos extractivos no evaporativos y el desarrollo de tecnologías que permitan la recuperación del agua evaporada, permitiendo incluso extraer y reciclar otros elementos de valor.

Asimismo, junto al Ministerio de Minería, estamos organizando un Seminario del Litio, para congregar a los actores relevantes del ecosistema y propiciar un liderazgo público-privado que lleve a nuestro país a la posición que le corresponde: un centro de producción y a la vez un hub de innovación y conocimiento en torno a este mineral clave para el futuro, no solo de la economía, sino del planeta.

(Fuente: Newsletter septiembre Corporación Alta Ley)

 

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