- El Dr. Charles Ochola, presidente de la Asociación Nacional de Escorias de EE.UU., compartió su visión sobre los avances regulatorios y técnicos en torno este valioso producto de fundición con David Sepúlveda, líder de Gestión y Regulación Minera de la Corporación Alta Ley, durante la 17ª Conferencia Global de Escorias, realizada en Viena.

El mes pasado se celebró en Viena, Austria, la 17ª Conferencia Global de Escorias, un encuentro internacional clave que reunió a expertos, empresas e instituciones de todo el mundo. La Corporación Alta Ley tuvo el privilegio de participar en este evento, representada por su Líder de Gestión y Regulación Minera, David Sepúlveda, quien tuvo la oportunidad de conocer de primera fuente los avances, desafíos y perspectivas globales en torno a este valioso producto de fundición.
“Fue notable constatar el diverso y robusto ecosistema de vinculación, innovación y comercialización que, durante más de 100 años, se ha construido en torno a un material que en Chile ha sido históricamente clasificado como un desecho”, señaló Sepúlveda tras su participación en el encuentro.
También llamó especialmente su atención el amplio desarrollo técnico e industrial en torno a las escorias siderúrgicas, las cuales, si bien provienen de fundiciones de la producción de acero, comparten características fundamentales con las escorias de cobre, al estar compuestas principalmente por óxidos metálicos, silicatos y aluminatos.
LA INDIANAPOLIS MOTOR SPEEDWAY

Uno de los casos de uso más destacados es el de la Indianapolis Motor Speedway, considerada una de las instalaciones deportivas con mayor capacidad del mundo. En 1976, esta pista incorporó por primera vez escoria de hierro en su superficie. Posteriormente, en 2004, su pista ovalada principal fue pavimentada con este mismo material, logrando resultados sobresalientes en durabilidad y resistencia. El desempeño fue tan exitoso que, en 2013, se decidió repavimentar con escoria de hierro la totalidad del circuito, consolidando uno de los ejemplos más emblemáticos de su aplicación en infraestructura vial de alto rendimiento.
Gran parte de estos casos y conocimientos fueron compartidos por una fuente de alto reconocimiento internacional: el Dr. Charles Ochola, PhD, MSc e ingeniero, con más de una década de trayectoria en materias de protección ambiental, salud humana, evaluación de riesgos, y desarrollo de políticas y normativas en este ámbito. Actualmente se desempeña como presidente de la National Slag Association (NSA) de Estados Unidos, institución con más de 100 años de experiencia impulsando la colaboración entre diversas industrias, organismos reguladores e instituciones académicas en torno al aprovechamiento sustentable de las escorias.
“Otro caso emblemático que demuestra la superioridad técnica de estos materiales es la construcción de la denominada intersección más resistente del mundo. Según la Asphalt Pavement Alliance, la aplicación de una mezcla asfáltica tipo SMA (Stone Matrix Asphalt) con escoria siderúrgica en la intersección de las calles Williams y Margaret, en Thornton, Illinois, ha evidenciado una durabilidad y un rendimiento excepcionales frente al tráfico pesado de camiones. Desde su instalación en 1998, el pavimento ha requerido un mantenimiento mínimo y continúa operando en excelentes condiciones, siendo hoy un referente en el diseño de intersecciones de alto desempeño”, describe el Dr. Ochola.
DESAFÍOS COMUNES EN TORNO AL USO DE LAS ESCORIAS

Durante la conferencia, David Sepúlveda advirtió que tanto en Chile como en Estados Unidos persisten desafíos comunes en torno al uso de las escorias, particularmente en lo referido a conceptos erróneos o a la falta de conocimiento técnico sobre su naturaleza y potencial de aplicación. Con el propósito de profundizar en estos aspectos, decidimos continuar la conversación con el Dr. Charles Ochola, quien accedió generosamente a compartir su visión sobre los avances, dificultades y aprendizajes que han marcado la trayectoria de la NSA.
La historia del uso de la escoria en EE.UU. es un claro ejemplo de resignificación industrial. ¿Cómo se gestó este proceso y cuáles fueron sus primeros hitos?
Antes de 1915, el transporte de escoria —fundamentalmente la proveniente de acerías— era un servicio gratuito ofrecido por los ferrocarriles, que utilizaban este material como relleno y balasto en el desarrollo de infraestructura ferroviaria. Sin embargo, una resolución de la Comisión de Comercio Interestatal de ese mismo año prohibió a los ferrocarriles continuar con esta práctica, lo que obligó a las empresas siderúrgicas a buscar con urgencia soluciones para la escoria que comenzaba a acumularse masivamente en sus instalaciones. Esta situación dio origen, en 1917, a la creación de las primeras empresas procesadoras de escoria, con plantas distribuidas en diversas zonas de EE.UU., enfocadas en producir materiales derivados para su uso como balasto y árido liviano en la construcción de caminos. En un comienzo, estas empresas promovieron de forma independiente el uso de escoria, pero pronto se hizo evidente que los desafíos comunes exigían una voz articulada y colectiva. Fue así como, en 1918, se fundó la NSA con el propósito de enfrentar dichos retos de forma coordinada. El primer comité constituido se denominó Comité de Problemas, y tuvo como misión reunir el conocimiento técnico disponible entre los asociados para generar información confiable sobre las propiedades y el comportamiento de las escorias.
Entonces, ¿cuándo y cómo se empiezan a abordar los cuestionamientos ambientales?
Fue a fines de la década de 1990 cuando comenzaron a abordarse sistemáticamente las preocupaciones ambientales asociadas a las escorias. Una coalición integrada por 63 empresas —incluidas acerías, fundiciones y procesadoras de escoria— llevó a cabo una evaluación de riesgos exhaustiva sobre las escorias de hierro y acero, con el objetivo de determinar si estos materiales representaban una amenaza significativa para la salud humana y el medio ambiente.
Los resultados fueron concluyentes: los productos de escoria no presentan riesgos relevantes cuando se utilizan en aplicaciones debidamente aprobadas. Esta conclusión ha sido reafirmada por evaluaciones posteriores realizadas durante las últimas tres décadas, las cuales han incorporado los umbrales de riesgo más recientes definidos por agencias reguladoras. Estas evaluaciones han sido fundamentales no solo para validar el uso seguro de las escorias, sino también para que su condición de producto fuera reconocida normativamente, lo que ha permitido su codificación como tal en la regulación de 12 estados de EE.UU.
SU RECONOCIMIENTO COMO INSUMO VALIOSO
Desde una perspectiva ambiental, cabe destacar que la escoria se ha utilizado durante décadas como agregado base en caminos no pavimentados y otras infraestructuras. Más aún, estudios recientes han demostrado su capacidad para capturar CO₂ atmosférico, actuando como un verdadero sumidero de gases de efecto invernadero. Este comportamiento ha estado presente mucho antes de que se generalizara la preocupación por el cambio climático, posicionando a la escoria como un material no solo técnicamente viable, sino también ambientalmente estratégico.
¿Qué estrategias fueron clave para lograr que la escoria fuera reconocida como un insumo valioso por la opinión pública y las autoridades regulatorias?
Como he señalado en distintas instancias, los conceptos erróneos que históricamente han rodeado a las escorias han representado una barrera significativa para su reconocimiento como materias primas valiosas. Incluso dentro de la propia industria, referirse a la escoria como un «residuo» ha dificultado su aceptación y valorización técnica. En Estados Unidos, particularmente en el sector siderúrgico, se ha producido un cambio de paradigma clave: hoy se enfatiza que la escoria es intencionalmente generada como parte del proceso de fabricación del acero, lo que permite concebirla no como un desecho, sino como un coproducto con valor intrínseco y aplicaciones específicas.
Además, un respaldo fundamental ha sido el trabajo sostenido del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), que desde fines del siglo XIX ha monitoreado los productos minerales del país a través de la publicación anual Mineral Commodities Summaries (MCS). Esta publicación incluye información detallada sobre más de 90 productos minerales —entre ellos, las escorias de hierro y acero— desde principios del siglo XX, abordando aspectos como estructura industrial, políticas públicas, aranceles y estadísticas clave. También incorpora datos de producción mundial, reservas y recursos disponibles.
Educar a los tomadores de decisión, a las autoridades regulatorias y a la ciudadanía sobre estos antecedentes ha sido esencial para evidenciar el valor que históricamente se les ha atribuido a estos productos a nivel federal.
Y en ese sentido, ¿cómo ha abordado la NSA temas como trazabilidad, seguridad ambiental y aceptación técnica por parte de agencias estatales y federales?
La NSA ha desarrollado y promovido una serie de evaluaciones de riesgo exhaustivas sobre escorias de hierro y acero, con el objetivo de determinar si estos materiales representan una amenaza significativa para la salud humana o el medioambiente. Estos estudios han considerado variables críticas como la composición química, el tamaño de partícula, el potencial de lixiviación y las posibles vías de exposición (inhalación, ingestión y contacto dérmico), todo ello bajo los lineamientos de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (USEPA), así como de diversas agencias ambientales estatales. De manera consistente, los resultados han demostrado que los productos de escoria, cuando se utilizan conforme a las aplicaciones autorizadas, no representan riesgos significativos ni para la salud humana ni para el entorno.
Desde una perspectiva técnica, los miembros de la NSA también cumplen con rigurosas pruebas establecidas en normas como ASTM, AASHTO y las especificaciones de los distintos Departamentos Estatales de Transporte (DOT). Estas pruebas incluyen ensayos físicos y mecánicos tales como densidad, absorción de agua, expansión, resistencia al aplastamiento, abrasión, entre otros parámetros geotécnicos, lo que asegura su aceptación y trazabilidad técnica en proyectos de infraestructura a nivel estatal y federal.
DE RESIDUO A PRODUCTO INDUSTRIAL
Considerando todos estos años de trabajo y aprendizajes, ¿qué lecciones clave compartiría con países que recién comienzan su camino regulatorio y técnico para clasificar la escoria como producto industrial?
La primera y más importante lección es abandonar la práctica de referirse a la escoria como un residuo reutilizable o como algo menor a un producto. El término “reutilizar escoria” es conceptualmente incorrecto, ya que la escoria no existe antes de ser generada; no ha sido usada previamente, y por tanto no puede ser reutilizada. Se trata de un producto intencional del proceso de fundición, y así debe ser reconocido y tratado.
Desde una perspectiva de mercado, todo material que puede ser comercializado y tiene demanda posee valor. Si la escoria puede venderse y cumple funciones técnicas específicas, entonces tiene valor económico y funcional, lo que la califica como un producto industrial. Por ello, toda publicación, norma técnica o documento oficial que se genere o patrocine debe reflejar esta visión: la escoria es un insumo estratégico, con aplicaciones concretas, trazabilidad técnica y beneficios ambientales comprobables.
Como herramienta práctica para sustentar esta visión, recomiendo el uso del informe público “Mineral Commodities Summary” del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS). Este documento recopila datos históricos y actuales sobre la producción, uso y valorización de la escoria, y ha sido clave en EE. UU. para reforzar su clasificación como producto, tanto a nivel técnico como regulatorio.
Una vez que este enfoque se consolide dentro del sector industrial, acompañado de evidencia técnica, estudios de riesgo y documentación sólida, será mucho más fácil entablar un diálogo efectivo con las autoridades regulatorias, incluso en contextos donde todavía no existe familiaridad con estos materiales. Además, existen múltiples jurisdicciones que ya han codificado normativamente la escoria como producto, lo que ofrece referentes comparados útiles para impulsar marcos normativos emergentes en otros países.
GESTIÓN COMERCIAL DE LAS ESCORIAS
A partir de la experiencia de la NSA, ¿qué tipo de acompañamiento o mecanismos institucionales recomendaría para países que buscan consolidar una industria de escorias con enfoque productivo y sostenible?
Desde la NSA estamos plenamente disponibles para colaborar con industrias, empresas, instituciones públicas o cualquier otro actor interesado en avanzar hacia una gestión técnica, ambiental y comercial de las escorias. Contamos con más de cien años de experiencia trabajando con diversos sectores, incluidos organismos académicos y agencias regulatorias, lo que nos ha permitido desarrollar estructuras eficaces y replicables.
Animamos firmemente a quienes estén comprometidos con este objetivo a vincularse con nuestra asociación, conocer de cerca cómo operamos, nuestras comisiones técnicas, y las buenas prácticas que hemos consolidado. Esta experiencia compartida podría sentar las bases para la futura creación de una Asociación de Escorias de Chile (CSA), o incluso de una Asociación Latinoamericana de Escorias (LASA), que articule esfuerzos regionales con una mirada estratégica, técnica y sostenible.
(Esta entrevista fue traducida desde su original en inglés y compartida por la Corporación Alta Ley con www.guiaminera.cl)