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Cierre 2018 y como viene el 2019

Por
Álvaro Merino

Gerente de Estudios Sonami

El año 2018 está jugado y cerraremos con una producción de cobre -nuestro principal producto minero y de exportación del país-, cercana a las 5.800.000 toneladas y con un crecimiento sectorial en torno al 5%, en tanto que en el país se situará en 4%.

En cuanto al  comportamiento  del cobre, se observa un mercado en relativo equilibrio, con alta volatilidad en la cotización debido a la incertidumbre respecto del comportamiento de la economía mundial, todo lo cual sitúa nuestra estimación en un precio promedio para  2018, en torno a los US$2,95 por libra.

Respecto de envíos mineros al exterior, esperamos retornos por un monto de US$43.000 millones.

Considero oportuno señalar que, la controversia comercial entre los dos principales actores del mundo, como son Estados Unidos y China, ha impactado el comportamiento de la economía mundial, materia sobre la cual el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha mostrado inquietud, pues en el informe sobre Perspectivas de la Economía Mundial, de abril de 2018, ese  importante organismo estimaba 3,9% de crecimiento para el presente año, en tanto que en la última publicación, de octubre pasado,  disminuyó a 3,7%.

Adicionalmente, se aprecia un impacto claro, nítido y preciso en la cotización del cobre. En los dos primeros trimestres del presente año el cobre alcanzó una cotización promedio de US$3,14 por libra, en tanto que en el trimestre julio-septiembre llegó a US$2,77, esto es, una caída de 12%. En tanto, en los meses de octubre y noviembre de 2018, se ha situado en niveles similares, pues ha registrado un valor de US$2,81 por libra. Esta materia es muy relevante para nuestro país pues por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre, Chile deja de percibir US$125 millones por exportaciones y el fisco US$60 millones por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada.

Para el año 2019, proyectamos un modesto desempeño sectorial con crecimiento de solo 1%, con una producción de cobre cercana a las 5.850.000 toneladas. 

El modesto desempeño proyectado para la minería el próximo año se explica, fundamentalmente, porque no hay nuevas faenas mineras que ingresen al parque productivo o incrementos relevantes de producción de yacimientos en actual operación. Por ello, es muy importante como país, reencantar nuevamente a los inversionistas y dar un impulso robusto a la inversión. Al respecto, son muy positivos los anuncios de inversiones mineras que hemos conocido en el último tiempo por un monto de US$11.300 millones, que comprenden la ampliación de las faenas Spence, Los Bronces, Los Pelambres y Quebrada Blanca, las que iniciarían operaciones entre los años 2021 a 2023.

Esperamos déficits para los años 2019-2020, los que se acentuarán en los siguientes dos años 2021-2022, lo que avizora precios del cobre más elevados, por ello esperamos que la cotización del cobre del próximo año se sitúe en un rango entre US$2,95 y US$3,05 por libra. Sin embargo, hay elementos de riesgos que pueden  modificar dicha proyección, me refiero, al comportamiento de China como principal consumidor de cobre del mundo el que actualmente capta el 50% del consumo mundial.

El gran riesgo del gigante asiático es su alto nivel de endeudamiento, ante lo cual el politburó, máximo organismo de decisión del partido comunista chino, ha mostrado preocupación señalando que impulsará una política fiscal proactiva y una política monetaria prudente. A lo anterior se agregan los futuros aumentos de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, pues debemos tener presente que nuevos incrementos de la tasa de interés  presionará a la baja el precio de los metales. No obstante, el presidente de la Reserva Federal ha señalado que los futuros incrementos de la tasa rectora se harán a un ritmo más pausado. Además, es preciso considerar los nubarrones que se aprecian en Europa, particularmente en Italia por la disputa presupuestaria con la Unión Europea; en Francia, por los impactos económicos y políticos del movimiento chalecos amarillos; y en Gran Bretaña, por la incertidumbre relativa a cómo van a terminar las negociaciones por el Brexit. Junto con ello debemos considerar las tensiones entre las dos principales economías del planeta por la llamada guerra comercial. Sin embargo, se ha fijado una tregua por noventa días período en el que los líderes de ambas naciones esperan alcanzar un acuerdo.

Al respecto, esperamos y confiamos en que se logre el anhelado acuerdo pues si se profundiza la controversia comercial podría ocasionar una menor actividad económica a nivel global, lo que afectaría la demanda por cobre y, en consecuencia, impactaría su precio, presionándolo a la baja. En caso contrario, si se allanan las posiciones y se alcanza un alto grado de entendimiento, lo más probable es que veamos precios al alza, al despejarse la incertidumbre respecto del desempeño de la economía mundial.

 

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