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Cochilco: Crecimiento del consumo eléctrico en la minería del cobre alcanzará a 20,8% en 2034
- Cochilco acaba de publicar el estudio “Proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2024-2034”, en el que analiza los desafíos y proyecciones del sector para este periodo. El estudio atribuye el incremento, fundamentalmente al alto consumo de los procesos de concentración y al uso de agua de mar.
El sector minero del cobre, pilar fundamental de la economía nacional que depende de este recurso, enfrenta un desafío energético significativo en la próxima década. Ante un constante crecimiento en la producción y las demandas estructurales del sector, las proyecciones muestran un aumento considerable en el consumo de electricidad.
Este crecimiento no solo refleja las complejidades de los procesos mineros actuales, sino también cómo el sector se está adaptando a una realidad cada vez más exigente en términos de sostenibilidad y eficiencia. La Comisión Chilena del Cobre, Cochilco, acaba de publicar el estudio “Proyección del consumo de energía eléctrica en la minería del cobre 2024-2034”, en el que analiza los desafíos y proyecciones del sector para este periodo. Fundamentalmente, el estudio atribuye este incremento en el consumo de energía al alto consumo en los procesos de concentración, así como al uso de agua de mar, por la energía necesaria parta su impulsión desde el océano hasta las faenas.
PROYECCIONES DE CONSUMO ELÉCTRICO: UN CRECIMIENTO SOSTENIDO
El consumo de electricidad en la minería del cobre se espera que pase de 26,9 TWh en 2024 a 32,5 TWh en 2034. Este aumento, equivalente a un 20,8%, es muy superior al crecimiento proyectado de la producción de cobre, que se estima en un modesto 5,6% durante el mismo periodo. Este desbalance pone en evidencia que los desafíos energéticos del sector no están únicamente vinculados al volumen de producción, sino también a factores estructurales que aumentan la demanda energética.
Uno de los principales contribuyentes a este incremento es el proceso de concentración, que seguirá siendo el mayor consumidor de electricidad en la minería del cobre. En 2034, este proceso requerirá 18,7 TWh, representando el 57,6% del consumo total del sector. Este dato señala la importancia de desarrollar tecnologías más eficientes y sostenibles para este tipo de operación, ya que su relevancia en los costos y el impacto ambiental continuará siendo preponderante.
EL AGUA DE MAR: UN CONSUMIDOR CRECIENTE DE ENERGÍA
Otro factor clave en el aumento del consumo energético del sector es el uso de agua de mar. Este recurso, cada vez más vital en un contexto de escasez hídrica, es necesario para diversas operaciones mineras, pero su transporte y tratamiento requieren grandes cantidades de electricidad. Para 2034, el consumo energético asociado al uso de agua de mar alcanzará los 5,4 TWh, de los cuales 4,3 TWh estarán destinados a la impulsión. Este crecimiento refleja no solo la dependencia del sector en recursos hídricos alternativos, sino también la necesidad de invertir en soluciones tecnológicas que optimicen su utilización.
PROCESOS CON TENDENCIAS DIVERGENTES
Mientras que algunos procesos, como la concentración y el uso de agua de mar, experimentarán un aumento significativo en sus demandas energéticas, otros mostrarán tendencias opuestas. Es el caso del proceso de lixiviación, cuyo consumo proyectado caerá de 3,8 TWh en 2024 (14,3% del total) a 2,7 TWh en 2034 (8,4%). Este descenso puede atribuirse a un potencial cambio en las técnicas extractivas o a la reducción de la dependencia de este proceso específico en beneficio de otros métodos.
Por otro lado, el consumo energético del proceso de fundición se mantendrá relativamente estable, pasando de 1,5 TWh en 2024 (5,7%) a 1,8 TWh en 2034 (5,6%). Aunque no representa una proporción significativa del total, su constancia pone de manifiesto que no todas las áreas del sector experimentarán los mismos niveles de transformación en términos de consumo eléctrico.
PROCESOS SECUNDARIOS: UN IMPACTO LIMITADO
Los procesos de mina subterránea y refinería continuarán teniendo una participación marginal en el consumo eléctrico del sector minero del cobre. Durante el periodo de estudio, ninguno de ellos superará el 3% del total, lo que sugiere que su impacto en las proyecciones globales será limitado. A pesar de ello, no deben subestimarse las oportunidades de mejora en estos procesos, especialmente en términos de eficiencia energética y reducción de costos operativos.
¿QUÉ SIGNIFICA ESTE CRECIMIENTO PARA EL SECTOR?
El aumento proyectado en el consumo eléctrico del sector minero del cobre plantea importantes desafíos para las empresas, los gobiernos y los actores involucrados en la planificación energética. En un mundo cada vez más comprometido con la sostenibilidad, este crecimiento pone de relieve la necesidad de adoptar medidas que equilibren las demandas energéticas con la reducción de las emisiones de carbono y el uso responsable de los recursos.
El desarrollo de tecnologías más eficientes en procesos como la concentración y la impulsión de agua de mar será crucial para reducir el impacto energético del sector. Asimismo, la implementación de fuentes de energía renovable y la diversificación de los recursos energéticos podrían desempeñar un papel clave en la sostenibilidad de la minería del cobre.
UN FUTURO POR CONSTRUIR
A medida que la minería del cobre se enfrenta a una década de crecientes necesidades energéticas, el éxito del sector dependerá de su capacidad para innovar y adaptarse. Las proyecciones de consumo eléctrico son un llamado de atención para que las empresas mineras, los gobiernos y las comunidades trabajen juntos en la búsqueda de soluciones que aseguren un equilibrio entre el crecimiento económico y la sostenibilidad ambiental.
La próxima década se presenta como una oportunidad única para transformar la minería del cobre en un ejemplo de eficiencia y responsabilidad. La clave estará en la capacidad del sector para anticipar los desafíos, adoptar nuevas tecnologías y construir un futuro más sostenible para todos.
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