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El retorno seguro a faenas en El Teniente: el rol clave de Sernageomin y la Dirección del Trabajo

  • Supervisión, rigor técnico y protección laboral tras el accidente del 31 de julio.

En el corazón de la minería chilena, la seguridad y la protección de las personas trabajadoras no son solo compromisos, sino imperativos éticos y legales. Así lo han demostrado el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) y la Dirección del Trabajo, organismos que han tomado el liderazgo en la gestión del retorno a faenas en la División El Teniente de Codelco, tras el accidente ocurrido el pasado 31 de julio.

Sernageomin resolvió autorizar el reinicio parcial y progresivo de las operaciones subterráneas, respaldando esta medida con un riguroso trabajo técnico y de fiscalización en terreno. El dictamen del 8 de agosto delimitó con precisión los sectores habilitados, permitiendo la reanudación de actividades solo en espacios como Pilar Norte, Panel Esmeralda y Esmeralda, Pacífico Superior, Diablo Regimiento, Panel Reno, Dacita y Reservas Norte. Esta decisión se sustentó en la comprobación directa de que estos sectores no presentan daños estructurales ni riesgos inminentes para la integridad de las personas ni la estabilidad de las instalaciones.

En contraste, sectores como Recursos Norte, Andesita, Andes Norte y Diamante permanecerán temporalmente paralizados, a la espera de análisis técnicos complementarios y de la entrega de información adicional por parte de la empresa. Sernageomin dispuso que cualquier ingreso a estas áreas restringidas estará limitado exclusivamente a la ejecución de medidas correctivas y de seguridad, bajo estricta supervisión.

Entre las condiciones y exigencias planteadas por la autoridad, destacan la implementación de un monitoreo continuo de la sismicidad y de parámetros geotécnicos, el cumplimiento estricto de los lineamientos operacionales y la obligación de difundir el plan de reapertura entre todo el personal, asegurando la trazabilidad y registro de este proceso. La premisa fundamental es clara: cada paso hacia la normalización de las faenas debe darse bajo estándares internacionales de seguridad, priorizando la protección de la vida y la salud de quienes trabajan en la mina.

Pero la autorización técnica fue solo el primer paso. El reinicio efectivo de las actividades productivas dependía también de la aprobación de la Dirección del Trabajo, entidad que verificó el cumplimiento de las condiciones laborales y de seguridad exigidas por la normativa vigente. Este doble filtro garantiza no solo la rigurosidad en el control de riesgos físicos y geotécnicos, sino también la observancia de los derechos laborales, generando confianza en las y los trabajadores, sindicatos y sus familias.

La articulación entre Sernageomin y la Dirección del Trabajo refleja el valor de la coordinación interinstitucional en la minería nacional. El proceso, transparente y participativo, incluyó la comunicación directa de las medidas al personal, fortaleciendo la cultura preventiva y el sentido de corresponsabilidad en materia de seguridad.

Este caso marca un precedente en la forma en que Chile enfrenta la recuperación de operaciones tras accidentes graves. La combinación de fiscalización técnica, participación laboral y exigencia de cumplimiento normativo evidencia que el desarrollo minero solo es posible bajo la premisa intransable del resguardo de la vida y la dignidad de quienes hacen posible la riqueza del país.

En momentos de crisis, el liderazgo institucional y la transparencia resultan fundamentales. El retorno seguro y progresivo a faenas en El Teniente, bajo la atenta mirada de Sernageomin y la Dirección del Trabajo, se transforma así en un ejemplo de buenas prácticas para toda la industria extractiva nacional.

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