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Minería submarina en aguas internacionales después de la Conferencia de ONU de los Océanos
- Por Sandor Mulsow, PhD-Geólogo Marino CEO, Explore to Protect-SPA.//

En las primeras semanas de junio, se desarrolló la OOSC (One Ocean Science Congress) y fue seguida por la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos (UNOC3), también denominada UNOC 2025, en Niza. En sus plataformas Azul y Verde, respectivamente. Claramente, se mantiene la separación entre los políticos y la sociedad, pero sin ninguna razón lógica.
Los discursos sobre la protección de los océanos, en cada intervención de los presidentes y secretarios generales fueron, como habitualmente ocurre, discursos sin mucho peso. Proclamando -algunos- medidas nacionales de protección, áreas marinas protegidas -sin financiamiento- o moratoria por minería extractiva o iniciativas para la futura sede del nuevo Tratado de Biodiversidad.
Por el otro lado, los representantes de organizaciones internacionales, repitiendo lo de siempre: existe peligro ambiental y no hay suficientes medios económicos para estudiarlos; y menos para solucionarlos. ¡Solo alternativa start up! El convidado de piedra fue: los foros económicos. Estos, juntos a las industrias, aún más blindados al intercambio de ideas con la sociedad y a la posibilidad de abrir la puerta a la economía sin tanto lucro. Solo se podía hablar con ellos en forma privada y acordada previamente.
¿Y de la minería submarina donde se habló? La realidad es que sólo en la zona verde -sociedad- que se parecía más a un espacio educacional, con puestos donde se vendía conocimiento y en muchos puestos, se vendían quienes hacían la ciencia = egos.
La mayoría de los puestos eran 100% de países desarrollados que involucran a ciertos sectores del “Global South”- la nueva definición de los países del hemisferio sur.
El “Pabellón Criósfera” fue quién aceptó y financió el evento, único evento sobre minería submarina de UNOC. Las otras instancias fueron reuniones fuera del horario de la UNOC y organizadas por NGOs (Organizaciones No Gubernamentales). Estas últimas fueron sesiones intensas y con la presencia de algunas personas directamente involucradas con Minería Submarina.
Participé en la zona verde, ejecuté el único evento sobre la protección de los fondos marinos de la minería submarina, auspiciado por la Fondation Prince Albert II de Mónaco. También, en el único panel de discusión sobre Minería Submarina organizado por la ONG TBA21 y fuera de horario UNOC.
En el evento auspiciado por Mónaco, logre incluir un espacio para exponer los peligros, fuerzas de empuje y soluciones para detener la minería submarina. Realmente, no había ninguna sección destinada a la destrucción de los fondos oceánicos. Razón por la cual este evento fue metido en el “Pabellón Criosfera” puesto que los otros pabellones no dieron cabida a temas como la minería submarina.
El evento fue un éxito, pero, como siempre, hubo muy poca asistencia y el nivel promedio de conocimiento sobre el tema del público fue extremadamente pobre sobre CONVEMAR y, más aún, sobre la definición de patrimonio común de la humanidad. ¡Nadie sabe qué defender!
Otra acción que se realizó fue reproducir el documental “Deep Rising”, de Matthiew Rytz, como director; y Jason Momoa, como narrador. El evento fue mostrado en un anfiteatro abierto, durante la hora más cálida del día, sin protección del sol. El resultado: solo una veintena de espectadores y la misma realidad. Solo algunos conocen el papel de la CONVEMAR y menos aún el patrimonio común de la humanidad. Evidentemente, ninguna prioridad para la sociedad ni para los organizadores del evento. Ninguna publicidad previa. Formé el panel de preguntas y respuestas del documental, como único experto. En resumen, una actividad pobremente implementada.
En el panel organizado por TBA21 y denominado Abyss Talk, fue diferente. El público sí era más instruido y con conocimiento de esta actividad destructora de los fondos marinos. Más aún, la presencia de la secretaria general de la Autoridad de Fondos Marinos, Leticia Reis de Carvalho, quien estuvo presente durante las exposiciones de los panelistas, corroboró el nivel de este panel. Además, estuvo formado por un abogado, dos activistas y yo. Lamentablemente, la secretaria general se retiró por compromisos y cansancio, después de la presentación de los panelistas, que terminó a medianoche.
Los puntos importantes que se discutieron en este minúsculo evento -ocurría en un restaurant con capacidad para menos de 30 personas- fueron: 1) Estado de la Minería Submarina y gobernanza, 2) Razones por las cuales no debe existir aun minería submarina y 3) Fuerzas económicas reales detrás de la minería submarina.
Conclusión: La gobernanza de los fondos marinos en aguas internacionales está en peligro
Pude conversar directamente con Leticia Reis de Carvalho, ofrecer mi ayuda en lo que ella y la AIFM requieran. Discutimos y coincidimos en que la gobernanza de los fondos marinos en aguas internacionales está en peligro.
Existe una organización unilateral (NOAA-USA) de gobernanza, junto a la multilateral (AIFM). NOAA que puede legalmente autorizar la explotación minera en cualquier parte del mundo. NOAA lo hará en la zona de los nódulos -Clarion Clipperton Zone (CCZ)- a expensas de la falta de oposición internacional, que debilita el piso político de la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (AIFM).
Debemos recordar que, NOAA aún tiene dos localidades designadas a empresas privadas norteamericanas en la zona CCZ y que, ¡nadie se atreve a solicitar! La situación de la AIFM es muy incómoda y no creo que la estrategia de la Secretaria General tendrá algún resultado positivo para la protección del patrimonio común de la humanidad.
La propuesta de la AIFM es apurar la entrega de un Código Minero, aun con falencias irreconciliables, lo antes posible (se estima en diciembre 2025); entendiendo que, con un Código Minero vigente, la AIFM podría otorgar la primera licencia para destruir los fondos oceánicos a The Metal Company y así, temporalmente, debilitar el piso de gobernanza a NOAA. Razonamiento ante el cual estoy completamente en oposición, puesto que no se trata de fortalecer la AIFM a expensas de la destrucción del patrimonio común de la humanidad y la creación de un Código Minero a la rápida.
La segunda conclusión, sobre por qué no se debería autorizar la explotación de los fondos oceánicos, fue avalada por la reunión científica OOSC 2025, que tuvo lugar antes de UNOC. En dicha instancia, lo más importante fue la presentación de los resultados que demuestran con hechos científicos medibles que, lo que he pregonado en numerosas intervenciones, es la razón por la cual los fondos oceánicos intervenidos no se recuperan (perfiles biogeoquímicos y biodiversidad original destruida) lo que fue corroborado por estos resultados.
El grupo de trabajo de JPIO: Mining Impact II (Programa Europeo de Ciencias) demostró que, se producirá la destrucción de miles de años de lechos ya geológicos, que serán removidos y desplazados a la superficie de los océanos; CO2 de carbono ya secuestrado, metales pesados nocivos y radioactividad (principalmente Alpha). Remover 10 cm de fondos blandos en cualquier océano profundo es remover más o menos 10,000 años de lecho geológico. Para referencia, hace 10 mil años, en todo el planeta estábamos en un periodo glaciar.
¿Qué es lo que está empujando/presionando por una minería submarina en aguas internacionales? Esta es una incógnita aún.
El sentido común y basado en la producción y mercado mundial de commodities, como cobre, cobalto y tierras raras -esto, solamente por la narrativa de TMC, de que estos metales salvarán al planeta en la transición del transporte por combustión a movilización eléctrica por baterías- indica que ésta no es la razón.
Los hechos actuales lo comprueban:
- Cada auto eléctrico produce enormes cantidades de CO2 -metalurgia de cobre, disprosio, neodimio y praseodimio (tierras raras).
- La concentración o ley de estos elementos, obligaría a minar toda el área de CCZ (Clarion-Clipperton Zone), para que sea realmente rentable y, aun así, no resolverá la demanda por estos elementos.
Un estudio alemán y otros consultores no americanos, solicitados por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, coinciden en que ¡los números no dan! Mas aún, ¿que se hará con los 1.5 billones de autos, todos a combustión de gas y petróleo que serían reemplazados por transporte eléctrico?, ¿se botan? ¿en desiertos, al mar, se llevan a Marte o se desplazan al “Global South”?
Además, la proyección de producción de autos a combustión se estima en un 9% más desde 2025-2034 (IEA/OICA). Aparentemente, entonces, no es la transición desde la combustión a la electricidad lo que ejerce presión para realizar minería submarina en aguas internacionales.
¿Qué es, entonces, lo que presiona tan fuertemente hacia una minería submarina destructiva? Tal vez, el siguiente análisis puede servir de respuesta:
Un teléfono portátil (iPhone o Android) utiliza hoy, 0.3 gramos de tierras raras, un auto eléctrico promedio utiliza 400 gramos de tierras raras y un avión de guerra como un F-35S, Sukoi 57 o un J-35A utiliza más de 500 kilos de tierras raras. Es decir, ¡100 veces más que un auto eléctrico! Y, principalmente, neodimio, praseodimio y disprosio (imanes y componentes eléctricos de bajo perfil estructural). Evidentemente, no es la transición a la movilización eléctrica el motor que empuja a la minería submarina, tampoco, es resolver los problemas del cambio climático.
Todas las bondades de los fondos oceánicos, nódulos de manganeso de la CCZ, las costras polimetálicas de las montañas submarinas y los sulfuros masivos de las dorsales oceánicas, todos patrimonio común de la humanidad, poseen estos elementos y serán destruidos para fabricar instrumentos de guerra y destrucción humana. ¡Este es el negocio que nadie quiere denunciar!