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YASNA PROVOSTE (N°3): “Estamos alineados con los plazos comprometidos en la Política Minera 2050”

  • La presidenciable reconoce que: “El dinamismo del sector minero nacional de las últimas décadas ha tenido un importante efecto multiplicador en el producto y empleo del resto de la economía nacional”.

La candidata demócrata cristiana, representante del Pacto Social (N°3) presenta un programa de 178 páginas, que pone el foco en un modelo socioambiental de desarrollo económico, con énfasis en protección social, en un “buen vivir” en comunidad y en un Estado sustentable. En cuanto a su visión del sector minero, señala:

“Chile es líder mundial en la minería del cobre y litio, teniendo relevancia en varios otros minerales, y hoy se presenta la ventana de oportunidad para convertir a nuestra minería en el líder en la producción global de cobre verde, que impulsa encadenamientos productivos y que se inserta en los territorios aportando en la creación de valor sostenible, yendo más allá de la simple redistribución de beneficios desde una lógica transaccional.

El sector minero ha aportado entre el 10 al 15% del PIB nacional, el 50% del valor de las ex- portaciones nacionales y en torno al 20% de los ingresos fiscales. El dinamismo del sector minero nacional de las últimas décadas ha tenido un importante efecto multiplicador en el producto y empleo del resto de la economía nacional. Pero ello es insuficiente; es el momento de pasar a la siguiente etapa del desarrollo minero, donde junto con producir más cobre y otros minerales, debemos exportar minería y conocimiento, promoviendo cambios tecnológicos para proteger y regenerar los ecosistemas y el medio ambiente, trabajando codo a codo con las comunidades y empresas locales. Esa es la forma de dar sustentabilidad a esta industria, saliendo de la lógica extractivista y permitiendo, a la vez, que sus beneficios se prolonguen una vez agotados los recursos minerales.

ÉXITO RELATIVO

La producción minera es mixta, conviviendo la minera estatal Codelco (30%) y la minería privada (70%). A pesar del relativo éxito de los últimos años, la industria presenta desafíos de gobernanza y de insumos estratégicos que deben ser abordados.

Al mismo tiempo, los importantes ingresos del sector no guardan relación con el mejoramiento de las condiciones de vida, la infraestructura social y cultural en las zonas en que se desarrolla. Esto tiene como consecuencia una mayor conflictividad con las comunidades y visiones antagónicas sobre los proyectos mineros. Más aún, las fuerzas que impulsaron el crecimiento y la creación y retención de valor del sector en el pasado se han ido debilitando en el tiempo, por lo que deben ser complementadas a través de políticas activas que impulsen la innovación, el aprendizaje y el fortalecimiento de capacidades locales para participar en el abordaje de los nuevos desafíos de productividad y de sostenibilidad ambiental y social. Es imperativo avanzar en una Minería Verde, Sustentable y Respetuosa del medio ambiente, impulsora de encadenamientos productivos y de plena inserción en los territorios donde se emplaza, de forma que participen plenamente en la creación de valor, convirtiéndose en una fuente que atrae, desarrolla y retiene talentos.

Existe un consenso en que los aportes de la actividad minera al Estado pueden aumentar, sin afectar la competitividad de Chile como receptor de inversiones. Más aún, los aportes de la minería deben superar la visión estrecha de “vaca lechera”; la minería es mucho más que solo aportes al Fisco, siendo también formadora de tejido productivo y de mejores empleos.

El sistema actual de propiedad minera (concesiones) es por la vía judicial, sin participación de la autoridad, entregando concesiones plenas a perpetuidad. Esto ha permitido una altísima concentración y especulación, impidiendo la diversificación de actores y también el desarrollo del sector de explotación minera, y con ello, el descubrimiento de potenciales nuevos yacimientos mineros. Por otra parte, el valor de las patentes mineras es de los más bajos del mundo, acentuando la retención de estas e impidiendo la entrada de nuevos actores.

De la mano con estos desafíos vienen numerosas oportunidades. La modernización global de los procesos productivos y el avance hacia un mundo bajo en carbono es altamente de- mandante de los llamados minerales críticos como son el cobre y el litio, lo que abre una ventana de oportunidad para que Chile aproveche su liderazgo en la producción de estos minerales y avance hacia la exportación de productos con mayor valor agregado tanto en encadenamientos como en procesamiento.

Chile hoy sólo tiene la capacidad para refinar un tercio de su producción, exportando principalmente concentrado de cobre. Esa capacidad debe modernizarse y operar con los mejores estándares socioambientales y consolidar que una gran parte de nuestros concentrados sean procesados localmente y bajo los mejores estándares ambientales. Tanto la Agencia Internacional de Energía como el Banco Mundial han proyectado una fuerte alza de la de- manda global de dichos minerales al 2050; mientras que la demanda de cobre se duplica- ría, en el caso del litio aumentaría en un factor de 10, fundamentalmente por el crecimiento de la electromovilidad, la demanda de energías renovables y la electrónica.

ACUERDO DE PARÍS

Por otro lado, el cumplimiento de los compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero bajo el Acuerdo de París, ha dado paso a la conformación de un mercado por una minería verde que será cada vez más importante. La Unión Europea ya ha anunciado que cobrará un arancel compensatorio a las emisiones asociadas a la fabricación de productos importados, lo que causaría que el cobre deba bajar su huella de carbono, la que hoy es alrededor de 3 kg de CO2 por kg de cobre. Asimismo, las grandes empresas automotrices, de tecnologías, de energías renovables y de la electrónica ya imponen restricciones a sus proveedores para que transiten hacia un cobre de menores emisiones: “Cobre Verde” y con trazabilidad, pues los consumidores globales cuestionan el trasladar las emisiones del transporte desde el tubo escape a la fabricación de vehículos. El legado del cobre en este contexto podrá ser también una capacidad instalada de energías renovables, combustibles como el hidrógeno verde fruto de la descarbonización de su producción y capacidades de certificación de la trazabilidad. Para abordar estos desafíos:

1. Impulsaremos un nuevo royalty a la actividad minera que permita asegurar el justo pago por los recursos no renovables que se exportan y al mismo tiempo, reconozca la complejidad de cada yacimiento minero. Parte de esos recursos se destinarán al desarrollo del conocimiento e innovación, así como al desarrollo territorial de las localidades donde se efectúan las respectivas faenas.

2. Impulsaremos una minería carbono-neutral al 2040 generando además círculos virtuosos. Mientras que la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero aso- ciadas al suministro eléctrico del sector va bien encaminada gracias al incremento en la generación eléctrica renovable, las emisiones relacionadas a los procesos térmicos y del transporte del sector son aún un gran desafío. Por ello, en el corto plazo, impulsaremos la electrificación del trasporte y de otros procesos productivos, y paralelamente, incentivaremos una alianza entre los productores de hidrógeno verde y el sector minero. El gran poder traccionador del sector minero, junto a las señales de precio adecuadas para el hidrógeno verde, permitirán que esta tecnología transite debidamente por su curva de desarrollo tecnológico, convirtiéndolo así no sólo en una solución para lograr una minería verde, sino también posicionar a Chile como un sector exportador de este combustible. Chile impulsará que la flota de camiones de alto tonelaje de la minería sea carbono neutral, transformándose en un productor y exportador global de hidrógeno que no sólo descarboniza su minería sino a todo su sector productivo, habilitando así la exportación de sostenibilidad.

3. Profundizaremos los sistemas de protección del medio ambiente del sector, cuidando los activos naturales y sistemas hídricos, para contar con cuencas sostenibles, con una pérdida de biodiversidad neta cero al 2040. Todas las empresas contarán con planes de mitigación, adaptación al cambio climático y las capacidades técnicas y de gobernanza adecuadas para su plena implementación.

4. Incentivaremos el uso de agua de mar en la minería junto con otros usos, mediante plantas desaladoras multipropósito, impulsadas por energías renovables, normando y ordenando el uso del borde costero, aprovechando las economías de escala y asegurando el desarrollo de tecnologías que minimizan su impacto en los ecosistemas marinos. Paralelamente, incentivaremos, alineados con los plazos comprometidos en la Política Minera 2050, a la gran minería a dejar de usar las aguas continentales en zonas de escasez, con el propósito de asegurar los caudales ecológicos, recuperación de los acuíferos y el uso prioritario por parte de las comunidades originarias.

5. Mantendremos la fiscalización de Comisión Chilena del Cobre (COCHILCO) sobre las Empresas Mineras del Estado, ampliando su rol de verificar los valores de las exportaciones a todos minerales metálicos y no metálicos. Asimismo, se reforzará la capacidad de Aduanas para verificar en terreno la cantidad y calidad de las exportaciones, evitando la transferencia de valor sin el debido tributo, así como la del Servicio de Impuestos In- ternos para garantizar mayor transparencia y minimizar riesgos de sub- declaración.

6. Proponemos que el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGIOMIN) continúe trabajando para aumentar el valor de la base geológica de todo el territorio nacional, a una escala adecuada y útil para la exploración.

7. Reimpulsaremos el proyecto de ENAMI para una nueva fundición polimetálica en Copiapó, congelada por el gobierno vigente, que permitirá eliminar los impactos de la actual fundición, modernizar su infraestructura y aumentar su capacidad. Con ello daremos un salto tecnológico y apoyaremos decididamente a la pequeña y mediana minería, permitiendo además una mejora sustancial en la calidad de aire de la zona.

8. Analizaremos la pertinencia de una nueva fundición y complejo metalúrgico de clase mundial para poder resolver los problemas de contaminación y altos costos operativos que enfrentan las fundiciones.

9. Continuaremos con los programas de fomento de servicios de clase mundial en la minería, aprovechando la experiencia de los proveedores nacionales, incentivando la exportación de servicios. Ello permitirá exportar no solo minerales, sino también cono- cimiento minero, partiendo por la región, transformándonos en un “hub” de minerales verdes y de soluciones para una minería verde, capitalizando así las décadas de experiencia en esta materia de nuestro país. Un clúster minero hoy debe ir más allá de los límites geográficos, y podríamos hablar de un Clúster Minero Andino inserto en las cadenas de valor globales.

10. Impulsaremos en una alianza público–privada un programa de aprovechamiento y re- utilización de depósitos de relaves abandonados, obteniendo el valor de los minerales contenidos en ellos, y al mismo tiempo, hacernos cargo del pasivo ambiental. Se incorporará a ENAMI en este proceso, adaptando criterios y procedimientos de compra de minerales, que incentiven la minería. Paralelamente, se trabajará para que los nuevos proyectos mineros, como parte de sus compromisos y compensaciones, puedan hacerse cargo de manejar y regularizar de los pasivos ambientales mineros más críticos cercanos a ellos.

11. Fomentaremos la paridad de género y efectiva inclusión de las diversidades y a la mine- ría. Para ello instaremos a que las empresas adecuen la infraestructura de las faenas mineras, y desarrollen buenas prácticas previniendo situaciones de discriminación y acoso.

PYMES EN LA PEQUEÑA MINERIA

1. Facilitaremos herramientas de fomento productivo para los pequeños mineros están en zonas alejadas.

2. Impulsaremos una reforma a la ENAMI, para mejorar el servicio prestado a la pequeña minería, y así apuntar a su sustentabilidad. La pequeña y mediana minería, median- te aplicaciones de teléfono celular, podrá contar con trazabilidad en las entregas que permita tener la confianza necesaria respecto del procesamiento y mediciones de ley mineral.

3. Estableceremos un estatuto público para el subsector de la pequeña minería, artesanal y pirquinera, de manera de reunir en un solo cuerpo jurídico una serie de instrumentos destinados a darle sustentabilidad en el largo plazo mediante diversas políticas e instrumentos. El objetivo esencial es pasar de un estado de subsistencia del sector con baja productividad e intensiva mano de obra, a un proceso de desarrollo y proyección que implica tecnificación, capacitación, mejoras en los procesos de comercialización y encadenamiento productivo.

 

 

 

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