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¿Quién o qué es realmente creativo en la era de la IA?
- Por Eduardo Novion Boisier, Socio y Director General Creativo de TBWA Frederick. //

En un mundo donde la creatividad ha sido históricamente patrimonio del ser humano, la irrupción de la inteligencia artificial no solo transforma procesos, sino que deja sobre la mesa una pregunta esencial: ¿quién o qué puede ser realmente creativo?
En esta línea, el 59 % de los profesionales del marketing cree que la IA impulsará la creatividad, aunque uno de cada tres reconoce que esta tecnología impacta negativamente en su autoestima, según lo muestra el Informe Blackslash de TBWA. Mientras las herramientas generativas abren posibilidades inéditas, también sacuden certezas profundamente instaladas en el mundo creativo.
El auge de la IA ha facilitado que cualquier persona con acceso a un dispositivo pueda crear música, ilustraciones, guiones o campañas publicitarias en cuestión de segundos. Esto democratiza la creación, sí, pero también tensiona los límites de la autoría, la propiedad intelectual y el sentido del oficio.
Prueba de dicha transformación es Dataland, el primer museo de arte de inteligencia artificial que abrirá sus puertas en Los Ángeles a fines de 2025, gracias al artista Refik Anadol. Su propuesta, basada en bases de datos éticamente recopiladas, busca destacar la intersección entre la imaginación humana y el potencial creativo de las máquinas.
Casos como el de la diseñadora Norma Kamali, quien a sus 79 años decidió entrenar un modelo de IA con miles de imágenes de su archivo para preservar su estilo después de su partida, plantean una nueva forma de entender el legado creativo. La idea no es reemplazar diseñadores, sino permitir que su sello perdure y sirva de inspiración a futuras generaciones.
El fenómeno se extiende a la música. Aloe Blacc, por ejemplo, utilizó un clon de voz generado por IA para cantar su éxito Wake Me Up en cinco idiomas distintos, manteniendo intacta su interpretación vocal. Por otro lado, temas como Heart on My Sleeve, que imitó las voces de Drake y The Weeknd sin autorización, desataron controversia y debates legales.
La IA, lejos de ser un reemplazo automático del talento humano, representa una expansión posible. Puede ayudarnos a iterar más rápido, a explorar estilos diversos, a traducir ideas en prototipos. Pero lo que sigue siendo insustituible es el criterio, la intención y el relato.
Lo verdaderamente creativo no es la herramienta, sino el propósito que la guía. En vez de temerle a la IA, el reto para creativos y publicistas es diseñar con ella. No como una muleta, sino como una extensión de nuestra visión. Porque, en definitiva, la creatividad no es una fórmula replicable, sino una forma de mirar el mundo que, incluso en tiempos de algoritmos, sigue siendo profundamente humana.