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CESCO: Inversión, modernización e innovación son los 3 pilares para mantener a Chile como potencia minera

  • En su propuesta establece que es necesario generar condiciones para atraer inversión de calidad, para lo cual es necesario modernizar la institucionalidad minera e impulsar una transformación productiva que se apoye en la innovación, la internacionalización de proveedores y la economía del conocimiento.

Jorge Cantallopts, director ejecutivo del Centro de Estudios del Cobre y la Minería (©RECABALFOTOS.COM)

La pérdida de dinamismo en el sector minero, dado principalmente por una menor inversión en exploración, las complejidades regulatorias, la baja exportación de proveedores de bienes, servicios e innovación y una competencia internacional que avanza con fuerza, fue lo que motivó a CESCO a trabajar en el documento “Reforzar lo que funciona, transformar lo que limita: Un nuevo impulso de crecimiento para Chile desde la minería”, que fue dado a conocer durante el mes de septiembre al ecosistema minero nacional.

El informe, elaborado por el directorio de CESCO, sus miembros y el equipo del Área de Estudios y Contenidos, donde también se consideraron las visiones de organizaciones como la CPC, el Consejo Minero, SONAMI, centros de estudio y otros actores relevantes, tiene como objetivo “reforzar aquellos aspectos que han hecho de Chile una potencia minera y, al mismo tiempo, transformar las limitaciones que hoy frenan su desarrollo”, explica Jorge Cantallopts, director ejecutivo de CESCO.

El estudio concluye que Chile debe recuperar una mirada estratégica de largo plazo sobre su minería. “Nos hemos propuesto metas ambiciosas: producir 6 millones de toneladas de cobre fino en los próximos cinco años y superar los 6,5 millones en la década siguiente, expandir fuertemente el litio y abrir espacio para minerales críticos, como el cobalto y las tierras raras. Pero, para llegar allí enfrentamos desafíos importantes: atraer nuevas inversiones de calidad en un contexto competitivo, agilizar un sistema de permisos lento y fragmentado, modernizar la institucionalidad del Estado y, sobre todo, asegurar que este crecimiento vaya acompañado de innovación y altos estándares ambientales y sociales”, destaca Cantallopts.

Para ello, la propuesta establece tres ejes principales. En primer lugar, generar condiciones para atraer inversión de calidad y consolidar nuestro liderazgo productivo; segundo, modernizar la institucionalidad minera para darle al país estabilidad, transparencia y capacidad de planificación; y tercero, impulsar una transformación productiva que se apoye en la innovación, la internacionalización de proveedores y la economía del conocimiento.

En esta entrevista, Jorge Cantallops cuenta más detalles sobre los hallazgos y conclusiones que surgieron durante la elaboración de este documento.

Un aspecto clave en el desarrollo de nuestra minería son sus proveedores ¿Qué conclusiones entrega el informe respecto a ellos? ¿Qué acciones se pueden desarrollar para fortalecerlos y promover su internacionalización?

Los proveedores son una de las grandes fortalezas que tiene nuestra minería, pero aún no logran proyectarse internacionalmente, como lo han hecho sus pares en países como Australia o Canadá. Por lo mismo, están muy presentes en nuestras propuestas, donde señalamos que debemos avanzar en su internacionalización, apoyando con financiamiento especializado, lo que resulta clave. También, facilitando su acceso a mercados globales y posicionando la minería como parte de la diplomacia económica del país. La experiencia y el conocimiento que se han acumulado en Chile son un activo valioso y debemos transformarlos en una ventaja competitiva para el mundo.

La innovación es otro de los aspectos que son esenciales para el futuro del sector. ¿Cómo considera que está actualmente promoviéndose la innovación en la industria minera? ¿Qué acciones se proponen para facilitar e incentivar la incorporación de nuevas tecnologías?

Hoy la innovación minera en Chile sigue siendo incipiente y fragmentada. Pese a la relevancia del sector, los impulsos dados por CORFO o la CNP a través del pilotaje de nuevas tecnologías, la inversión en I+D+i es baja y los instrumentos públicos no siempre se ajustan a los tiempos y montos que requiere la minería. Lo que proponemos es avanzar en una Estrategia Nacional de Innovación Minera, con financiamiento estable y programas específicos en áreas críticas como sulfuros, minería de salares, relaves, minería subterránea y economía circular. Además, planteamos destinar un porcentaje del royalty directamente a innovación, reformar la Ley de I+D para hacerla más accesible a pymes tecnológicas y generar fondos plurianuales que permitan escalar soluciones a nivel industrial.

¿Cuál es el rol que tiene la Corporación Alta Ley en esas propuestas?

Creemos que Alta Ley puede ser un articulador importante en nuestra propuesta de Estrategia Nacional de Innovación Minera, donde proponemos que se asignen recursos de forma prioritaria y coordinada a los desafíos tecnológicos estratégicos del sector, generando ventajas competitivas globales y fortaleciendo su rol en la transición energética. Entre esos desafíos está la implementación de un plan de Minería Subterránea Segura y Autónoma, desarrollar innovación en extracción directa de litio (DLE), la creación de un Consorcio de Hidrometalurgia de Sulfuros, darle continuidad y relevancia a un nuevo programa nacional de relaves e impulsar el financiamiento de proyectos de innovación en eficiencia hídrica, reciclaje y reutilización de metales estratégicos.

Tras la presentación del documento, se llevó a cabo un panel de discusión con destacados referentes del sector, quienes analizaron el impacto de las propuestas y su viabilidad ¿Qué ideas rescataron del panel como iniciativas no cubiertas o donde se podría profundizar?

Tuvimos la posibilidad de conversar con un panel diverso y multidisciplinario, que contempló voces de la academia, la política pública y la industria, que nos permitió contrastar miradas sobre el impacto y la viabilidad de las propuestas. Se destacó, por ejemplo, la necesidad de que la minería chilena cuente con un plan de acción concreto y medible, inspirado en experiencias recientes como el hidrógeno verde, donde ya existen métricas claras y mecanismos de seguimiento. También se puso sobre la mesa la urgencia de agilizar los permisos y la nueva ley de autorizaciones debería transformarse en una oportunidad para pilotear un sistema moderno, transparente y eficiente.

Otro punto relevante fue la innovación. Se coincidió en la importancia de destinar más recursos, pero también en la necesidad de evaluar con mayor rigurosidad el impacto real de los fondos que ya se asignan a I+D, asegurando que generen un efecto concreto en la industria y que exista un vínculo más estrecho entre universidades, empresas y proveedores. Asimismo, se discutió sobre cómo mirar las fundiciones y el rol de Chile, así como también el cambio de visión respecto a los relaves no solo como pasivos ambientales, sino también como una oportunidad para desarrollar nuevos negocios en el marco de la economía circular. Y, finalmente, se subrayó que la gran oportunidad de Chile está en la sinergia entre minería y energía, que aún no despliega todo su potencial y que requiere de una estrategia de articulación regional y proyección internacional de nuestra industria de proveedores.

“A partir de esta discusión esperamos que las propuestas realizadas se conviertan en un punto de partida, pero también que hay espacios donde debemos profundizar: desde la gobernanza y el capital humano hasta la innovación aplicada y la integración energética. Ese es el camino para que la minería chilena no solo mantenga su liderazgo global, sino que se consolide como motor de desarrollo sostenible y competitivo para el país”, concluye Jorge Cantallops. (Fuente: Corporación Alta Ley).

 

 

 

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