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Analistas del CRU dicen que en el mediano plazo no habrá otro “superciclo del cobre”

  • En seminario “El Mercado del Cobre 2021 y Tendencias de Emisiones CO2 en la Industria Minera“, organizado por Sonami en conjunto con la consultora CRU, los expertos indicaron que la electromovilidad seguirá impulsando el consumo del metal y que un nuevo superciclo del cobre no volvería a ocurrir por el momento.

    Juan Esteban Fuentes, encargado de CRU para Sudamérica y los expositores Erik Heimlich y Francisco Acuña, analistas seniors del mercado internacional del cobre, fueron los encargados de entregar una amplia visión del commodity en el seminario virtual “El Mercado del Cobre 2021 y Tendencias de Emisiones CO2 en la Industria Minera“, organizado por Sonami en conjunto con la consultora CRU.

    El encargado de CRU para Sudamérica, Juan Esteban Fuentes, entre otros aspectos, se refirió a la competitividad de la minería chilena donde destacó que la disminución de emisiones de carbono será un factor clave de la competitividad futura de las compañías mineras.

    Por su parte, el analista de CRU y especialista en el mercado del cobre, Erik Heimlich, recalcó que 2020 comenzó con proyecciones pesimistas, marcado por el Covid-19, pero está terminando con un precio del metal que no se veía hace casi una década. “El estímulo chino capturó la atención y es el que tuvo un impacto muy fuerte sobre el mercado del cobre. La recuperación económica permite pronósticos positivos para 2021, que implican que China retorna a los niveles de consumo de antes de la pandemia, especialmente en industrias de consumo de cobre, como la construcción”, indicó el experto.

    Ante la posibilidad de un nuevo superciclo para el precio del cobre, Heimlich se mostró cauteloso. “No está en nuestras proyecciones un nuevo superciclo del precio del cobre. Estamos viendo que podría ser un año de buenos precios, pero proyectarlo a varios años cerca de los US$ 4, consideramos que hay algunos argumentos para pensar que eso no va a ocurrir, por lo menos en el mediano plazo. Por cierto, que sectores característicos de consumo intensivo de cobre -como la construcción y la industria automotriz- mostrarán un incremento. No obstante, existen muchos factores relacionados con la recuperación económica y sus costos que hacen difícil prever un nuevo superciclo, por lo menos para los próximos 5 años”, aclaró el analista.

    UN MUNDO VERDE
    Por su parte, Francisco Acuña, entregó su visión de la transición hacia un mundo verde y del impacto que esto tendrá sobre el mercado del cobre, además se refirió a la presión que esto pone a las operaciones mineras y a su huella de carbono, para ser parte del cambio a un mundo más sustentable. “Esto implica no solo el aporte de minerales como el cobre verde, sino que pone en el radar las emisiones propias de la producción minera”, aclaró el consultor del CRU.

    Acuña destacó los resultados de una encuesta global realizada por CRU y Fitch Rating a empresas e inversiones, la que reveló que las emisiones de carbono son vistas por los líderes de la industria como el riesgo ambiental, social y de gobierno corporativo (ESG) más crítico para el sector de la minería y los metales en este momento. Por esto, agregó que las emisiones de carbono se convertirán en un factor cada vez más importante de la competitividad, influyendo, por ejemplo, en el acceso al financiamiento, además del efecto que pueden tener los aspectos regulatorios y las preferencias de los consumidores.

    Aclaró que, especialmente relevante es el acceso al financiamiento que tienen los proyectos brownfield y greenfield. “Las instituciones financieras están a favor de las inversiones conscientes de los aspectos ESG y los proyectos intensivos en carbono podrían ver un aumento en el costo de capital, que afectaría su valoración”, opinó Francisco Acuña.

    Dijo también, que las regulaciones sobre los precios del carbono se están implementando en todo el mundo, como un medio para alcanzar los objetivos del Acuerdo de Paris y explicó que, uno de los factores clave para el control de las emisiones y el consumo de combustible son el transporte y los equipos de mina y que la gran mayoría de las operaciones mineras ubicadas en el primer cuartil de menores emisiones efectivas de CO2-Eq son operaciones subterráneas o mixtas. “En Chile, las operaciones de cobre promedian 1,05 tCO2Eq / tCu en 2020; y, si bien muchas operaciones chilenas están dentro del primer y segundo cuartil de la industria, hay varias que se posicionan en el cuarto cuartil de intensidad de carbono, asociada al uso de combustible y explosivos”, aclaró.

    Aunque en la actualidad la generación de CO2 en metales y operaciones mineras tiene un papel relativamente pequeño en la determinación de la competitividad relativa de los activos, porque políticas de “carbon pricing” no están implementadas aún. “Sin embargo, para 2030 se visualiza un cambio en la curva, debido al agotamiento de las minas con mayor intensidad de emisiones (y, por extensión, mayores costos de explotación), que ocupan el cuarto cuartil en 2020 y que ya no estarían en funcionamiento. A ello se suma el efecto que tendrán los nuevos proyectos que comienzan a operar en esta década, los cuales son más eficientes en los primeros años de operación, y por lo tanto, ocupan la parte inferior de la curva de emisiones. Es así como para 2030, las actuales operaciones chilenas promediarán 1,28 tCO2Eq/tCu y los proyectos 0,90 tCO2Eq/tCu”, indicó Francisco Acuña.

    El mismo analista dio a conocer el impacto que tiene la transición a las energías renovables en la lucha contra las emisiones de C02 en la industria del cobre y que los avances en este ámbito en Chile, favorecen la competitividad de las operaciones mineras.

    “La fuente de energía es un factor clave en la intensidad de carbono de las operaciones mineras., Teniendo en cuenta los factores de emisiones y de eficiencia, las plantas de carbón pueden duplicar las emisiones respecto de las plantas generadoras a gas. Las empresas mineras en Chile, incluidas en este Benchmark, están avanzando en planes agresivos para asegurar un alto porcentaje (60% a 100%) de su consumo eléctrico a partir de fuentes renovables en los próximos 5 a 10 años”, aclaró Acuña y agregó que, la transición a la minería subterránea también puede tener un impacto significativo en las emisiones.

“La ley del mineral también es importante, dado que la intensidad de potencia por tonelada de cobre producido aumenta a medida que disminuye el grado del mineral”, señaló.

Respecto de los nuevos mercados relacionados con la “economía verde”, Francisco Acuña resaltó que estos serán positivos para el metal rojo. “Estimamos que hoy menos del 2% del consumo de cobre refinado está asociado a la electromovilidad, pero esperamos un crecimiento exponencial en la próxima década, hasta un 16% en 2035. Dentro de las energías renovables, el cobre también tiene un rol fundamental, y esperamos que en los próximos 10 años se duplique el consumo de cobre dentro de esta industria, así como por el uso de cobre en los vehículos de combustión interna, que seguirán produciéndose, aunque en desaceleración”.

El especialista también indico que, en el mercado del cobre hay que observar lo que ocurre con la chatarra, que también va en crecimiento por el reciclaje y estar atentos a los nuevos proyectos en el sector. “Chile- dijo, por último- tiene ventajas competitivas respecto de otros productores, porque su ágil reacción frente al impacto de la pandemia de Covid 19 en las operaciones, su adaptación a las energías renovables, el uso de agua de mar en sus procesos y el desarrollo de nuevo materiales energéticos, como el hidrógeno, lo mantienen en un importante nivel de liderazgo”. (Silvia Riquelme).

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