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El desafío de la electromovilidad para la minería

  • Por Felipe Donoso, CEO de Enérgica City

Felipe Donoso, CEO de Enérgica City

La electromovilidad es la tecnología más prometedora y eficiente para reemplazar a los motores de combustión en la minería. De hecho, algunos estudios indican que el tamaño del mercado de camiones de minería de accionamiento eléctrico se valoró en USD 392,2 Mn en 2021 y se espera que los ingresos totales del mercado de camiones de minería de accionamiento eléctrico crezcan a una CAGR del 26,5 por ciento de 2022 a 2029, alcanzando los USD 2571,77 Mn durante el período de pronóstico.

Sin embargo, aún no hay una adopción masiva ni soluciones eficientes a escala industrial para maquinaria pesada, camiones fuera de ruta y sistemas de alta potencia, como requiere el sector.

La minería en Chile ya está dando los primeros pasos en la electromovilidad y ha avanzado en la electrificación de los buses de transporte de personal. Lo hemos visto en casos con los que hemos trabajado estrechamente. Sin embargo, es clave pasar a la segunda etapa, la electromovilidad de la maquinaria, sobre todo en los camiones de extracción, los cuales consumen sobre el 90% del diésel en las operaciones y, por lo tanto, son los más contaminantes.

La Estrategia Nacional de Electromovilidad establece que, para 2035, todos los nuevos vehículos livianos y medianos, el transporte público -incluyendo buses y taxis- y la maquinaria de minería y construcción deberán ser cero emisiones. Ante esto, avanzar en la electromovilidad de la minería es vital y el sector tiene una gran oportunidad en el desarrollo de infraestructuras de recarga para vehículos eléctricos y flotas de vehículos eléctricos. Más aún si lo hacen de la mano de expertos que los asesoren en el proceso de avance hacia esta nueva tecnología.

Esta urgencia es aún más grande al considerar que para reemplazar los motores de combustión será necesario que las mineras impulsen también una logística de suministro, abastecimiento y mantención de las flotas para este sistema. Y todo esto tomará tiempo.

La electromovilidad ofrece una serie de beneficios a la minería. En primer lugar, permite a las compañías entregar una imagen corporativa más responsable y amigable con el medio ambiente, pero también más tecnológica y a la vanguardia. En segundo lugar, hay un importante ahorro en costo de mantenimiento, ya que los vehículos eléctricos tienen una tasa de falla mucho menor que sus contrapartes a combustión además de poseer menos piezas móviles.

Tercero, el ahorro en la operación. Este es un beneficio de vital importancia, especialmente al tomar en cuenta el aumento del precio de los combustibles. La diferencia es abismante, los vehículos eléctricos gastan mucho menos por kilómetro recorrido.

Finalmente, está la seguridad. Los vehículos eléctricos deben cumplir con todas las normas de seguridad de su contraparte a combustión, pero tienen otros “plus”. Entre ellos se encuentran el menor ruido, lo que permite escuchar mejor el entorno. Además, generalmente son automáticos y más simples de conducir; y, por último, al no tener tubo de escape pueden sobrellevar aún mejor algunas situaciones como conducir por un paso inundado por la lluvia o en altura.

La electromovilidad debe ser una prioridad para la minería y sus operaciones. El momento de impulsar esta tecnología es ahora.

 

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