Por
Diego Hernández
presidente de SONAMI
Hemos enfrentado el primer cuatrimestre de este complejo año 2020, caracterizado por la propagación del Covid-19 y medidas de confinamiento sin precedentes en nuestra historia que, a no dudarlo, están dejando impactos significativos en la economía y el empleo, con cifras de caída de la actividad no vistas desde la década de los ochenta y tasas de desempleo de dos dígitos.
Dentro de esta coyuntura muy compleja, la minería nacional ha enfrentado relativamente bien las severas consecuencias que está provocando en nuestro país esta pandemia y las cifras conocidas en los primeros cuatro meses del año así lo demuestran. El PIB minero, en enero-marzo ha crecido 5,1% y la producción minera en enero-abril se ha elevado, lo cual nos genera tranquilidad.
En el actual escenario, el accionar de la industria ha estado guiado, en primer lugar, por la protección de la salud de sus trabajadores, sus familias y las comunidades donde opera. Ello se ha reflejado en aplicación de estrictos protocolos y un conjunto de medidas que ha adoptado la industria en pos de este relevante objetivo.
Junto a lo anterior, las empresas mineras y los pequeños productores están haciendo todos los esfuerzos posibles para mantener operativas las faenas y están trabajando al ritmo que las complejas circunstancias actuales así lo permiten, contando con el apoyo de la autoridad minera y de los organismos vinculados al sector.
La minería ha apostado por esta continuidad operacional, priorizando la salud de sus trabajadores y su entorno, pero también manteniendo la cadena de pagos para no afectar a las empresas colaboradoras y proveedoras en este complejo escenario.
En este sentido, debemos destacar el enorme y permanente esfuerzo de nuestros trabajadores y colaboradores, quienes en esta compleja contingencia han demostrado ser una fuerza laboral madura, y también de las autoridades que han sabido guiar y entender que situaciones especiales requieren de soluciones específicas.
Hasta ahora, tal como lo señalé anteriormente, el desempeño de la producción minera ha sido satisfactorio y proyectamos en principio una leve caída en la producción al término del presente año.
No obstante, estamos conscientes que los próximos meses no serán fáciles para los chilenos, ya que nos encontramos en la curva de ascenso de contagios del virus y ello ha obligado a la autoridad sanitaria a decretar medidas de confinamiento y aislamiento social que provocarán un fuerte impacto en la actividad económica y en el empleo.
Estamos confiados en que el sector minero, priorizando la salud de sus trabajadores, pueda seguir operando y así estar preparado cuando se supere esta pandemia aportar significativamente a la recuperación económica del país. (Fuente: Boletín Minero. Editorial mayo 2020).
